martes, 3 de noviembre de 2009

Fragmentos de honor.

Al leer las novelas de Miles Vorkosigan siempre me he preguntado como habría sido el enamoramiento de los padres de Miles. Quería saber como había sido posible que Aral Vorkosigan, regente del militarizado planeta Barrayar y Cordelia Naismith, investigadora de la científica y democrática Colonia Beta hubieran unificado sus vidas. Esta duda, con el paso de los años, es lo que ahora me ha inducido a leer Fragmentos de honor.

La expedición de la Teniente Naismith es sorprendida por una avanzadilla de soldados de Barrayar. Varios miembros resultan heridos o muertos. Ella es hecha prisionera por el Capitán Aral Vorkosigan, el temido "Carnicero de Komarr", quien descubrirá un amotinamiento de su tripulación, que ha intentado matarlo también a él.
Cordelia ayudará a Aral a sofocar el motín y con ayuda de los supervivientes de su grupo expedicionario conseguirá escapar de la nave en que la retenían prisionera.
Más tarde se volverán a encontrar en la guerra que Barrayar a iniciado con Escobar, planeta aliado de la Colonia Beta.
Cordelia, volverá a ser hecha prisionera por los soldados barrayareses, pero esta vez será Aral quien la sacará de un nefasto destino y la intentará mantener a su lado.
Volverá a su lugar natal, pero descubrirá que las cosas allí no son como esperaba, además de descubrir que Aral se ha instalado en su corazón.
Juntos aprenderán que toda la guerra no ha sido más que una argucia política orquestada por el Emperador de Barrayar para asegurar el futuro de su reinado.

Lois McMaster Bujold consigue, de nuevo, una Space Opera original y entretenida, con un lenguaje fresco y dinámico que hace muy fluida la lectura.
Consigue una rápida cadencia narrativa al alternar buenos momentos de acción con situaciones más reflexivas ý/o políticas, mezclado todo ello con diálogos sumamente entretenidos y bien desarrollados.
Es ésta, una novela con un tinte más rosa de lo habitual en esta autora, ya que se centra en el romance de los padres de Miles.

Es interesante observar como Aral, un miembro de la casta guerrera (Vor) de Barrayar, planeta altamente militarizado, con un sistema de gobierno casi feudal se enamora rápidamente de una investigadora de un planeta tan opuesto y con una mentalidad tan diferente como la Colonia Beta. Son ambos, personajes de un gran carisma, dotados de un fuerte carácter y con potentes convicciones morales. Acostumbrados a mandar y a ejercitar la lógica respectivamente. Sin embargo, resulta muy grato observar como tras el flechazo inicial, ninguno de ellos intenta cambiar al otro, ni se considera por encima, como debe ocurrir en toda relación cuya intención sea la de perdurar en el tiempo.

McMaster Bujold recrea un universo altamente desarrollado, mostrando culturas muy dispares en apariencia pero que no lo son tanto tras bucear bajo su superficie, llegando a mostrar como incluso una sociedad altamente democratizada te intenta ajustar las clavijas si no encajas en el patrón previsto. Se ha de considerar esto último como una opinión personal, ya que uno de los puntos atractivos de la novela es, a mi modo de ver, que está exenta de cualquier tipo de moralina o moraleja.

Si bien no se terminan de solucionar todas las dudas desprendidas de las novelas de Miles, en esta novela se aclara el ascenso de Aral a la regencia de Barrayar, así como se esclarecen los motivos que conducen a la particular personalidad del Sargento Bothari. Mi intención es leer Barrayar en diciembre, para poder finiquitar la historia de los padres de un personaje tan esplendido como Miles Vorkosigan.

En definitiva, una novela agradable y que os animo a leer si queréis pasar un buen rato.

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