miércoles, 28 de octubre de 2009

Dorada

Los vampíricos miembros de La Familia se reunen en el castillo Bannat para disfrutar de una celebración que lleva organizándose casi 300 años.
Durante todo este tiempo han ido seleccionando las líneas de sangre humanas más perfectas y, cruzándolas generación tras generación, han logrado una criatura dotada de una sangre eugeneticamente perfecta: La Dorada, cuya sangre proporcionará el mayor de los deleites y de una pureza tal capaz de producir visiones durante su decantación.
Pero un crimen ignominioso acaba con la paz del castillo: la Dorada ha sido asesinada.
Michel Beheim, antiguo policía parisino y recientemente convertido en vampiro será el encargado de llevar a cabo las pesquisas necesarias para desenmascarar al culpable de tamaña atrocidad.

La virtud de esta novela radica en dos aspectos básicos pero que Shepard desarrolla de forma altamente satisfactoria: la ambientación y los personajes.

Para empezar, el castillo Bannat es un mundo en miniatura, es un ente vivo, plagado de seres que acechan tras cada esquina. Lucius Shepard emplea un lenguaje muy florido (pero sin ser rebuscado) y descriptivo al detalle en el que darse un paseo por los oscuros pasillos del castillo, visualizar estatuas y bajorrelieves que parecen cobrar vida, e incluso bajar a las fétidas catacumbas donde moran los desechos vivientes del castillo, se convierte en un goce para los sentidos.

Lucius Shepard utiliza un lenguaje altamente descriptivo, llegando en ocasiones a alcanzar elevadas cotas de belleza imaginativa. Los oscuros y tétricos espacios del castillo ocultan espeluznantes misterios que llegan a producir verdadero vértigo y consiguen crear una atmósfera capaz de retener el alma del lector.

Por otro lado, los personajes. Es cierto que son realmente pocos los interpretes que aparecen en esta historia, pero todos y cada uno de ellos, vampiros y humanos, poseen una realidad innegable. Shepard logra crear una red de emociones y ansias en torno a la personalidad de cada uno de estos seres, dotando a los mismos de una fuerte credibilidad.
Es notorio el caso del protagonista principal, Michel Beheim, recientemente vampirizado y con serios problemas para asimilar la pérdida de su antigua condición. A lo largo de la novela asistiremos a los dilemas morales que lo acosan. Es fácil leer en él como si de un libro abierto se tratase: es un vampiro, si, con lo poderes y ventajas de los mismos, pero aun así ansía conservar esa humanidad cuya pérdida lo convertiría irremediablemente en un monstruo. Soy una Bestia para no convertirme en Bestia.

Nos encontramos ante vampiros más próximos a la antigua usanza que a las nuevas hornadas de vampiros repeinados. Centenarios vampiros europeos de piel de porcelana y pétrea mirada, con el poder suficiente para arrastrarte con ella y que no tienen ningún pudor en demostrar su superioridad frente a los humanos, a quienes consideran simple ganado.
Los vampiros se agrupan en líneas de sangre que reciben el nombre del creador de la misma, de esta forma existen, los De Czege, los Valea o los Agenor.

El tratamiento vampírico es realmente original, cosa que empezaba a ser realmente necesario ante el excesivo uso de cliches recauchutados que pululan por la moderna literatura vampírica.
Para pertenecer a La Familia hay que haber sido preparado durante largo tiempo por ellos y en el momento de la muerte humana se ha de pasar El Juicio. El difunto atravesará la puerta de Los Misterios y su alma vagará por un oscuro limbo poblado de seres de pesadilla. Si la esencia de uno mismo es capaz de volver a su cuerpo El Juicio habrá sido positivo y habrá nacido un nuevo vampiro. En caso contrario, el humano habrá encontrado su muerte final.

Los lectores ávidos de hemoglobina disfrutarán con un par de situaciones excelentemente narradas, pero sin duda, son las escenas de sexo vampírico las que se llevan la palma. El sexo entre vampiros es tan excelente como se pueda llegar a imaginar, aunque el señor Shepard aborda con maestría estas situaciones dejando pocos huecos a la imaginación. Hay algún que otro juego de cama tan visual que pone los pelos como escarpias.

En definitiva una novela altamente recomendable para los fans del género que busquen algo nuevo y original.
A mi modo de ver, es una novela de vampiros bellísima. Es la novela de vampiros que hacía falta desde hace algún tiempo.

domingo, 25 de octubre de 2009

La novela perdida de Lord Byron

Uno de los grandes hitos por antonomasia de la literatura británica fue el desafío que Mary Shelley, su marido, Percy Bysshe Shelley y Lord Byron se lanzaron en una noche de 1816. El reto consistía en crear la mejor historia de terror. De éste, Mary Shelley escribiría "Frankenstein o El Moderno Prometeo"; Lord Byron comenzó a escribir pero, según se cree, abandonó la novela y se la entrego a John William Polidori, quien terminaría escribiendo "El vampiro", un relato que influiría notablemente el la literatura gótica posterior.
De esta bonita escena parte John Crowley para crear la novela de la que se habla en estas líneas.


Una joven historiadora de la ciencia que trabaja desarrollando una web sobre las mujeres importantes para la ciencia, descubre al investigar a Ada Byron (única hija de lord Byron) un fajo de papeles manuscritos por Ada. Son hojas con notas inconexas y múltiples tablas numéricas.
Con la ayuda de su pareja, Thea (doctora en matemáticas) y de su padre, Lee (antiguo profesor de inglés y actual director de cine), descubrirán que estas tablas constituyen el cifrado de la única novela en prosa escrita por Lord Byron. La novela que escribió para la apuesta de 1816 y que fue ocultada por su hija para evitar la quema a la que fueron sometidos los escritos y memorias de su padre.

Son muchos los aspectos a comentar de esta gran novela.
Para comenzar, la historia está estructurada de una forma muy similar a la "Ash: a secret history" (Ash, la historia secreta) de Mary Gentle: El hecho de la narración original en si (en este caso una novela supuestamente escrita por Lord Byron); las conversaciones y hechos en el presente por las personas implicadas en el descubrimiento; las notas a pie de página. Solo que en el libro que nos ocupa, los notas no se convierte, como suele suceder en muchas ocasiones, en un incordio, sino que forman un todo coherente. De este modo, nos encontramos con una novela que encierra en su interior, tres novelas diferentes.

Por un lado, la novela "La Tierra del Ocaso" escrita por Byron y que no es más que un intento por disfrazar, romanticamente, la vida del propio autor.
En segundo lugar, las notas dejadas por Ada Byron, en las que nos descubre datos importantes de la vida de Lord Byron y nos acerca al hombre, a los sentimientos de la hija y a la relación existente entre ambos.
En tercer lugar, la relación "epistolar" (vía e-mail) entre el triángulo formado por la descubridora del manuscrito, su pareja y su padre. Esta última parte es tan interesante como las dos anteriores, pues la historia familiar de Lee y Smith (padre e hija) es muy similar a la acontecida por Lord Byron y Ada, y la comparación entre ambas lleva a reflexionar sobre las relaciones paterno-filiales y a como pueden afectar éstas a ambas partes.

John Crowley es un mago de las palabras y consigue en esta novela perdida escapar de su inconfundible estilo personal y recrear perfectamente la voz de Lord Byron, con un delicioso estilo georgiano que nos guía por la historia como si de una fábula se tratase, siendo capaz de hacernos creer que realmente se trata de una obra originalmente escrita por Byron.

La Tierra del Ocaso es inicialmente una novela gótica, pero poco a poco se va acercando al romanticismo tan propio de Byron, para al final ser considerada, en su conjunto, como una especie de tragedia heroica, en la que el protagonista debe sufrir penurias sin fin para obtener el amor que ansía y que finalmente le sera arrebatado por el destino.
El estilo de esta "Tierra del Ocaso" ofrece un marcado contraste con el más rápido y moderno de los correos electrónicos, de tal modo que es difícil cansarse del barroco estilo Byroniano.

La utilización del personaje de Ada como custodia y codificadora del manuscrito es muy acertada y totalmente plausible, ya que por un lado siempre ambicionó conocer a su padre y por otro, hemos de tener en cuenta sus amplios conocimientos matemáticos, trabajando conjuntamente con Charles Babbage en su famoso motor analítico. Ada poseía una visión de futuro muy adelantada a su época en lo que a las máquinas se refiere, no en vano, es considerada como la primera programadora de la historia.
Las notas de Ada, en la novela, pretenden acercarnos a la moralidad de su padre y nos muestran como el tiempo a maltratado la memoria de su padre, al tiempo que tiñen a su madre, Lady Byron, con un color realmente pernicioso. Estas notas nos inducen a pensar que quizás era más humano y menos depravado de lo que siempre se nos ha hecho creer.

En fin, parafraseando un anuncio televisivo, "Es una novela ejemplar, casi perfecta. No perfecta del todo, pero casi".

viernes, 23 de octubre de 2009

In memoriam... Louise Cooper


Gracias por habernos dejado conocer a Tarod, (y a tantos otros).
Descansa En Paz.

lunes, 19 de octubre de 2009

Las lanzas de dios


Tras un tiempo apartado de aquí por ciertos problemas de salud (ajenos) que me han tenido más tiempo en el hospital que en casa, vuelvo a contar algo sobre una lectura que se me ha hecho eterna. Pero en esta ocasión, y quizá por no haberla leído con toda la profundidad que debiera, intentaré no extenderme demasiado.

Los científicos Daniel Miskulin y Susan Yamada descubren, mientras exploran un Tepuy sudamericano (extraña formación geológica), el genocidio del pueblo nativo del mismo. Observan como los asaltantes se han llevado un fragmento de roca meteorítica y encuentran a varios niños supervivientes que se habían ocultado. Poco a poco observarán que estos niños poseen un talento fuera de lo normal.
Por otro lado, varios grupos-organizaciones están robando los meteoritos de los lugares sagrados de todo el mundo (de aquí el nombre de Lanzas de Dios), la almohada de Jacob, la punta de la lanza de Longinus, los ñuhu precolombinos.... incluso la gran roca, La Meca. Al descubrir que hay supervivientes del asalto mencionado anteriormente todos estos grupos intentarán también, apoderarse de los muchachos para poder explotar y utilizar sus habilidades.
Los motivos son diferentes en cada caso: paramilitares (se busca crear al supersoldado); científicos (conocimiento científico en general y consecución de habilidades extraordinarias); religioso-fanáticas (destrucción del mundo para el nacimiento de un nuevo y mejor mundo), etc.

Es éste un tecno-thriller plagado de grandes ideas: se habla de panspermia; del efecto de la lluvia de meteoros como detonador de mutaciones génicas, así como de su implicación en las grandes extinciones y explosiones de vida en el pasado; de actividades paranormales; de mundos paralelos; de mejoración genética; de un nivel superior de conciencia; del hecho real de que los objetos sagrados de las diversas religiones tengan origen meteorítico; del desarrollo de un poder latente en el individuo a través de partículas de ADN "basura" encontradas en los meteoritos, las cuales desarrollan un complejo miconeural que actúa sobre los núcleos del Rafe de las personas expuestas a ellos; y de muchas cosas mas.

El autor pretende una novela con una fuerte base hard que, a mi modo de ver, no consigue de modo efectista. Llega un momento en que la novela acaba siendo un galimatías de siglas de organizaciones (NSA, MERC, MAXX, IRF BSL-4, ANSMET, FMARS....) y de complicados vocablos científicos que hace que se deba consultar muchas palabras del diccionarios en el mismo párrafo, dificultando de este modo la lectura.
Del mismo modo, la trama se complica hasta un punto en que se pierde el Norte de forma definitiva, pues hay de todo en el ajo, la NSA, los fundamentalistas islámicos, poderes paranormales, visiones de otros mundos, templarios, organizaciones paramilitares, sionistas, fascistas cristianos, bufffff y no sé cuantas facciones más.

Los personajes me han resultado totalmente faltos de atractivo, carentes de cualquier tipo de crecimiento personal. Tan solo el personaje de Avram Zaragosa se salva de la quema (un científico que sufrió la muerte de su hija en un atentado terrorista e intenta compaginar su moral con los sentimientos de venganza).

También he de quejarme a la editorial (La Factoría de Ideas) por la traducción de la obra, que es realmente pésima y dificulta muchísimo la lectura. El orden de las palabras se vuelve, en ocasiones, tan farragoso, que es mejor saltarse el párrafo que intentar entenderlo. La traducción de algunos términos científicos es de toma pan y moja y hay abundancia de errores gramaticales de edición.

No obstante, he de reconocer que la novela empieza de forma bastante interesante y que hay varios buenos momentos en la novela.
Soy consciente de que no he tenido la mente ni el ánimo necesario para afrontar su lectura en óptimas condiciones y quizás este hecho haya lastrado mi opinión, por lo que dejaré como nota, un suficiente raspado.
Tal vez no me he explicado del todo bien, pero la verdad es que no me apetece extenderme más.

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