viernes, 31 de diciembre de 2010

Mujer abrazada a un cuervo

Mujer abrazada a un cuervo. El título me impactó de lleno en la frente. Fue leerlo y tener una extraña sensación, una conexión que me hizo desearlo. Puede ser una auténtica tontería, quizás, pero es el único motivo por el que me decidí a leer este libro y, he de reconocerlo, no me arrepiento.

La muerte de un bebe con síntomas de peste bubónica en Lortia, Navarra, cuatro siglos después del último caso en el valle, alerta a Gabino Montenegro, un erudito en biología molecular internacionalmente conocido, de la importancia del caso. Para ello insta a su hija, Cruz, una joven próxima a licenciarse en medicina para que lo estudie. Cruz, con la ayuda de un brillante compañero, Michi, acuden al pueblo para investigar lo sucedido. El pueblo es reacio a ayudarlos pero Cruz tiene un as en la manga, una extraña y peculiar habilidad.

Me ha gustado este libro. Es cierto que no es una novela redonda y que, a mi modo de ver, la trama resulta algo sosa en su desarrollo, pero he de reconocer que lo he devorado, con un resultado final muy satisfactorio.
La prosa de Ismael Martínez Biurrun es muy elegante, sin ser recargada está poblada por multitud de metáforas que otorgan presencia poética a las escenas. Un estilo muy agradable, llano pero culto, pese a que pueda parecer contradictorio.
La trama engancha. Martínez Biurrun logra crear una atmósfera de misterio ante los hechos, que nos hacen querer descubrir lo sucedido, tanto en la actualidad como en el pasado. Nuestra mente no hace más que pedir una solución al caso, pero este resultado no llega y la investigación se limita a entrevistas y viajes al pasado por parte de Cruz que esclarecen lo ocurrido entonces, algo que, por otra parte, tampoco me ha gustado, me he sentido decepcionado, me ha parecido tramposo. porque me parece una salida muy fácil la de poder obtener una prueba directamente del foco temporal necesario y conveniente. Mientras que con el caso actual, la hipótesis que los protagonistas han aventurado no se verá ratificada
hasta las últimas páginas del libro y, hasta entonces, la sensación es la de: "sí, el libro está bien, me está gustando, pero ¡joder, queréis resolver ya lo del bebé!"
Sin embargo, me ha sorprendido la forma d encajar el texto entre las dos novelas... ehhhhh.... bueno realmente no son dos novelas, pero son dos textos que se han de entrelazar entre sí: por un lado los sucesos de la vida real y por otro las andanzas de Cruz en el pasado. Y digo que me ha sorprendido porque al empezar a leer el libro (como ni siquiera sabía de que trataba) me encontré con que a las pocas páginas el capítulo se cortaba de golpe y empezaba en una página nueva que revelaba cosas que no tenían nada que ver con lo anterior para poco después volver a pasar lo mismo, y comprendí lo que sucedía: los cambios de escenario en el tiempo o entre el mundo etéreo y el real, se hacen con una especie de fundido en blanco, de tal modo que el texto se corta de golpe, para aparecer en la página siguiente desde el punto de vista de unos ojos con una perspectiva completamente distinta a la anterior. Una original jugada que, ya digo, al principio me hizo pensar que el libro estaba defectuoso.

Por otro lado, los personajes están bien desarrollados y en las 300 páginas que componen el libro, Ismael es capaz de dotarlos de un fuerte grado de humanidad con apenas unas pocas pinceladas, ya sea por medio de los trastornos alimenticios de Cruz, por la necesidad de afectividad real de Michi o por las consecuencias que acarrea una tremenda fama en el caso de Gabino, por ejemplo. aunque, evidentemente, la habilidad de Cruz, ya sea proyección astral o bilocación (ya sé que no esto no viene al caso, pero yo tenía un personaje con nivel 12 en este poder en un antiguo juego de rol, ¡toma frikada que te crío! ) hace que cobre un protagonismo absoluto, pero rebuscando en el fondo veremos que la importancia de los demás radica en las interrelaciones entre ellos, dejando un poso importante para la reflexión ética, social y emocional, abriéndonos un buen abanico de situaciones que nos inducen a ello: la relación entre el deber profesional y la familia; entre los diferentes miembros de una familia; entre la amistad y el amor; el pasado y el presente, con los archiconocidos interrogantes que despierta el cambiar el pasado; etc.
La bien perfilada ambientación de Lortia en el siglo XVI nos mostrará la sencillez de un pueblo que lucha contra la peste, al tiempo que la teme por encima de todo, y nos presentará la figura del untador, el cuervo de la peste, (figura que en sus hábitos con similares objetivos puede haber persistido hasta nuestros días).

En definitiva, una buena novela. Recomendable sin duda, pero al que, para mi gusto, la habilidad de Cruz, si bien es cierto que consigue una interesante hibridación entre la fantasía y el thriller y nos aporta varias escenas impagables, le hace perder mucha gracia a la investigación, como he dicho antes. En cualquier caso, una novela que se bebe y saborea con gusto. Un autor que no conocía y que con seguridad volveré a leer.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Viking: Odinn's Child

De vez en cuando me da por comprar algún libro en el idioma de Shakespeare. Suele ser por tres motivos: 1. No está editado en castellano, ni hay visos de hacerlo; 2. El precio es mucho más barato que en castellano; 3. Desengraso un pelín mi anquilosado inglés.
Los tres motivos me indujeron a comprar la trilogía de Viking de la que ahora reseño el primer título, aunque recientemente se ha indicado que el año próximo saldrá publicado en nuestro país.

De un escarceo amoroso entre el explorador Leif Eriksson, hijo de Erik el Rojo, y una recién llegada de nombre Thorgunna, nace en el año 999, Thorgils Leifsson, el protagonista de esta novela. Tras separarse, Thorgunna viaja con el recién nacido a Islandia, tras los pasos de Leif. Poseedora de poderes clarividentes se la respeta y teme al mismo tiempo por poseer la llamada segunda vista y morirá cuando Thorgils cuenta apenas un par de años. a partir de aquí, Thorgils irá a vivir con nos parientes y al comprender que ha recibido los dones de su madre se convertirá en aprendiz de varios mentores en Islandia y más tarde en Groenlandia que tratarán de enseñarle los antiguos caminos de los dioses vikingos en oposición a la cada vez más omnipresente fuerza del recién llegado Cristo Blanco.
Posteriormente viajará con su tía a Vinland, donde será testigo de una cruenta masacre entre pueblos hermanados y volverá a Groenlandia. Durante su infancia continuará viajando y volverá a Vinland, Groenlandia e Islandia, para posteriormente en su adolescencia viajar a Irlanda con la idea de encontrar sus orígenes, pues de allí arrancan sus raíces por parte de madre. Viajará entre las islas desempeñando diversos trabajos que puede efectuar hasta que finalmente en la batalla contra el Alto Rey de Irlanda caerá preso de un clan irlandés que finalmente y como esclavo que es, lo trocará a un monasterio cristiano a cambio de los impuestos que están obligados a pagar.
Tras algún tiempo en el que Thorgils demostrará ser uno de los alumnos más aventajados, pero con la mente siempre puesta en el misticismo vikingo, y tras conocer el amor, acabará siendo acusado de traidor, por lo que huirá del monasterio y se convertirá en aprendiz de Eochaid, un respetado juez dentro de la cultura druídica, hasta que finalmente será atrapado por los monjes y condenado a ser abandonado a su suerte en el mar a merced de las olas en un diminuto esquife.

Mi primer problema al reseñar este libro reside en la dificultad
del idioma pues, si bien he entendido y disfrutado su lectura, he de decir que mis conocimientos no van mucho más allá y, por tanto, no me permiten obtener un planteamiento más preciso en cuanto a la técnica y estilo del autor. Mi conocimiento del inglés no llega para tanto, algo que lamento, por lo que subjetivamente puedo decir que me parece correcto y en ocasiones muy detallado, pero se me escapa en cuanto a estética literaria.
Una vez comentada ésta mi incapacidad, se puede decir que es altamente discernible la experiencia literaria de Tim Severin en el terreno histórico-explorador, pues lo años de vida de Thorgils aquí relatados tienen mucho de viajes geográficos y de exploración de nuevas tierras.
La novela comienza cuando en el año 1070 un monje descubre unos manuscritos escondidos en la biblioteca del monasterio. Estos manuscritos relatan la vida de Thorgils Leifsson.
Pese a ser una novelización, con sus consabidas licencias literarias, cabe mencionar que Thorgils Leifsson existió realmente y que aunque históricamente esta muy bien construido, las primera mitad del libro se vuelve algo pesada, pues cubre los años de infante del protagonista y está centrada sobre todo en el modo de vida vikingo. Un modo de vida, por otra parte, bastante alejado de todo a lo que estamos acostumbrados con las famosas incursiones vikingas y sus berserkers como si fuesen lo único existente en el mundo vikingo. En esta ocasión, a través de los ojos de nuestro protagonista podremos ver el mundo vikingo con una luz diferente. Podremos asistir a un juicio vikingo, sorprendentemente próximo a como hoy lo conocemos, con jueces, abogados y testigos; asistiremos a la dura lucha que enfrenta a los antiguos dioses para no ser olvidados y abandonados en favor del nuevo dios blanco de los cristianos que arrasa con todo, y así se nos mostrará la fuerza mística del conocimiento vikingo, que considera que el alma reside en la mente, en lugar de en el corazón como creen los cristianos; una cultura que cree firmemente que no se puede alterar el gran patrón y que incluso los mismos dioses saben que algún día tendrán que enfrentarse a su destino y a la destrucción del mundo; que nos enseñará como la grabación de diferentes símbolos en los objetos los dota de un poder especial.
Se nos mostrará al pueblo vikingo (principalmente islandés) como un pueblo granjero y tranquilo pero bravo, y fiero cuando ha de serlo; que cree en la justicia, en la hermandad y en
el honor por encima de todo, y gracias a los viajes de Thorgils también vislumbraremos facetas del pensamiento y modo de vida celta, al tiempo que presenciaremos alguna buena batalla (no muchas) que nos dejarán chorreando sangre.
Aunque ya he adelantado bastante, la segunda mitad del libro es más interesante, con más acción y vivencias y nos ponen en el buen camino de querer conocer más de la vida del protagonista, saber que le deparará el destino, pero teniendo en mente que esperamos que al hacerse mayor veremos algo más de la fuerza guerrera vikinga (al menos eso espero yo).

En definitiva, una novela muy aceptable, un poco sosa al principio, pero lo suficientemente interesante al final como para lanzarme con la segunda parte, Sworn Brother, pues me ha dejado con ganas de más.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Metro 2033

La novela de la que da título a esta entrada no me habría llamado la atención de no ser por varias reseñas aparecidas en un par de blogs amigos que me despertaron el interés. Cuando menos, la reseña aparecida en El guardián del capítulo me picó la curiosidad y fue lo que hizo que solicitase este título a Timun Mas.

La 3ª Guerra mundial ha devastado el mundo y la superficie terrestre se ha convertido en un espacio radiactivo y malsano donde especies mutantes y peligrosas campan a sus anchas. Los supervivientes se han visto obligados a vivir bajo tierra, y en la ciudad de Moscú han utilizado las infraestructuras del metro a modo de ciudades. Pero el terror está llegando desde fuera y cada vez acosa más a los habitantes de la estación VDNKh amenazando con acabar con los humanos.
Artyom se embarcará en un viaje que le hará recorrer la mayoría de las estaciones para encontrar la ayuda necesaria para salvar su estación.

Dmitry Glukhovsky proviene de la casta periodística, algo que se puede ver en el profundo entramado sociológico e histórico que desarrolla, algo que unido a la corrección y precisión en el lenguaje que le otorga el oficio y a un escenario como el metro de Moscú, plagado de leyendas e historias fantásticas, consiguen, en primera instancia, hacer parecer esta novela como un potente tour de force narrativo y con el que seguro vamos a vibrar. Digo "en primera instancia" y "hacer parecer" porque a mi juicio no llega a ser una novela redonda, incluso en determinados momentos puede llegar, no a aburrir, pero si a resultar cansina.
Glukhovsky moldea su estilo con muchas frases cortas en grandes párrafos, lo que aporta mucha densidad al texto y le otorga una buena carga de dureza, obligando al lector a centrarse mucho en lo que está leyendo y llegando a causar cierto cansancio. Si a esto le unimos que las dos magníficas ilustraciones a color del plano del Metro de Moscú en las contracubiertas no cumplen el cometido deseado, pues los nombres que aparecen no se encuentran traducidos como en la novela, nos encontraremos ante una situación farragosa en la que el lector se pierde entre los nombres soviéticos y acaba por dejarse llevar y ver que le depara el destino.
A pesar de esto, no cuesta nada entrar en la aventura, pues la ambientación conseguida por el autor es realmente soberbia. Veremos a Artyom recorrer la red de metro en busca de una ayuda de vida o muerte, y será en base a este periplo aventurero del que me he permitido sacar dos conclusiones: por un lado siempre estaremos con la mosca detrás de la oreja. En cada recodo esperamos encontrar un ser malsano que nos haga sufrir y tense el ambiente, que haga correr y luchar frenético a Artyom. Pero esto no ocurre y siempre seguimos esperándolo. En este sentido la novela promete mucho más de lo que da, pues tan solo un par de veces veremos el peligro real de manos de otros seres y en determinadas ocasiones las situaciones se salvarán por medio de un Deux ex Machina de rigor.
Por otro lado este viaje, servirá para hacer un recorrido por la historia de la humanidad a través de un experimento sociológico que hará desfilar ante nuestros ojos a la flor y nata de las diferentes organizaciones y corrientes de pensamiento: comunistas, fascistas, demócratas, sofistas, anarquistas, místicos, satanistas, y demás elementos grupales se sucederán progresivamente en los diferentes capítulos, encajando en el entramado del nuevo mundo reconstruido y con un resultado tal para la misión de Artyom que me hace llegar a la conclusión de que incluso en la peor situación posible, el ser humano seguirá intentando sacar ventaja a y de sus semejantes y distanciar de aquellos cuyo pensamiento no comparte, en lugar de intentar crear una mayor unidad para combatir las adversidades.

Los personajes están bien desarrollados y cada uno, en el momento justo (pues Artyom se va encontrando con cada nuevo personaje parece que en el momento más conveniente) irá dotándolo de nuevos conocimientos y perspectivas y, éste, continuará con su aventura mientras sus compañeros van quedando atrás y otros nuevos irán apareciendo poco a poco para que finalmente complete su misión. De tal modo que pasará de ser un joven que apenas ha salido de su estación y que recuerda muy poco de su infancia en la superficie, a un hombre experimentado que ha conocido ampliamente el metro y las diferentes posturas sociales de sus habitantes, algo que finalmente lo llevará a tener una apertura de conciencia, que desarrollará en las últimas páginas del libro y que le hará descubrir que todos están equivocados, cuando todo está ya decidido y nada se puede hacer para cambiar el resultado de la consecución de su misión. Con lo que la novela, a mi parecer, acaba desastrosamente, pues este final se puede coger con palillos y rompe todos los esquemas que nos habíamos formado durante el trayecto recorrido. Algo que a mi, particularmente, me ha dejado boquiabierto y no me ha agradado en lo más mínimo.

En definitiva, no sé como calificar esa novela. No es que me haya parecido mala, pero tampoco me ha gustado especialmente, quizás las expectativas que había puesto en ella eran algo altas, por lo que finalmente lo dejaré en un pasable, no está mal. Probablemente acabaré leyendo la continuación, Metro 2034 pues, vuelvo a repetir, la ambientación está muy, muy lograda pero, hoy por hoy, no tengo ninguna prisa en hacerlo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El cementerio sin lápidas y otras historias negras

Ya había leído varias novelas de Gaiman, pero hasta ahora no había tenido la oportunidad de bucear entre sus relatos cortos. Esto, unido al placer que siento al introducirme en la fantasía oscura del autor hizo que me decidiera por leer El cementerio sin lápidas y otras historias negras y, he de decir que su faceta de cuentista me ha gustado más aún que la de novelista. Esta pequeña selección está formada por una agradable introducción del propio Gaiman en la que nos cuenta su opinión sobre la narración de cuentos; 10 cuentos, cuyos brevísimos resúmenes os muestro a continuación; y unas instrucciones, las cuales no pueden faltar en cualquier libro de magia que se precie.

  • El caso de los veinticuatro mirlos: Una historia detectivesca en clave de fábula.
  • El puente del troll: El troll que aguarda bajo el puente pretende comerse la vida de Jack pero, éste, apelando a su juventud e inexperiencia lo convencerá para aplazar este destino.
  • No le preguntes a Jack: Jack aguarda dentro del baúl, al fondo del desván. Aguarda y espera. Sonríe y espera. Pacientemente espera a que alguien venga a jugar con él.
  • Cómo vender el puente del Ponti: En el clandestino club de los granujas de la perdida Carnadine, varios truhanes se quedarán de piedra al escuchar la historia del timo considerado más simple de todos.
  • La presidencia de Octubre: Los meses se reúnen en torno a una fogata para contar historias. En está ocasión, Octubre preside la reunión.
  • Caballería: Galahad ha encontrado el Santo Grial pero tendrá que ofrecerle algo bueno a cambio a la señora Whitaker, quien lo ha comprado en una tienda de Oxfam.
  • El precio: El gato negro acogido por una familia aparece todas las mañanas lleno de magulladuras y heridas. Al encerrarlo en el sótano para que se recupere, la mala fortuna se cierne sobre la familia.
  • Cómo hablar con las chicas en las fiestas: Un par de amigos acuden a una fiesta organizada por unas extranjeras ¡pero muy, muy extranjeras!
  • El pájaro del sol: Un club gastronómico que ha agotado todas las variedades culinarias intentará cazar al fantástico Pájaro del Sol, el único ser vivo que les queda por probar.
  • La lápida de la bruja: Fragmento de “El libro del cementerio” en el que el protagonista, Nadie Owens, entabla amistad con el espíritu de una bruja enterrada en el cementerio.

Podríamos considerar los cuentos seleccionados de esta pieza como un “Lo mejor de Gaiman”, pues encarnan todas las bondades de su obra y abarcan un amplio abanico de matices y dobles lecturas, pues a pesar de estar dirigidas para un público infanto-juvenil, hay ciertos detalles que las hacen encaminarse a un público más adulto, como por ejemplo, la avaricia, la moralidad, el sexo o la pérdida de la juventud que aparecen bajo el doble fondo de los cuentos. De este modo, con un estilo dinámico y ágil, Gaiman se desenvuelve con maestría en las distancias cortas y nos presenta varias piezas que nos sumergen en una pequeña muestra de su particular imaginario, utilizando siempre el terror como efecto aglomerante. A veces un terror muy sutil o prácticamente inexistente, como en el caso de Cómo vender el puente del Ponti o en Caballería; y en otras ocasiones, más oscuro y opresivo, como en El precio o en No le preguntes a Jack. Aunque algún cuento puede resultar más flojo, como por ejemplo El caso de los 24 mirlos, pues al utilizar la fabulación anglosajona nuestro acervo folklórico nos pilla un poco alejados y le hace perder gracia, la mayoría son excelentes. Así, Caballería rebosa originalidad y nos hará quedar estupefactos al ver la combinación Artúrica con los tiempos modernos; No le preguntes a Jack, es capaz de acongojarnos en tan sólo dos páginas; El puente del Troll es una historia fabulosa en la que la supuesta maldad del troll quedará ensombrecida por la amoralidad del protagonista humano; El precio contiene la cantidad justa de oscuridad para acogotarnos y de esperanza para ilusionarnos; Cómo vender el puente de Ponti es muy predecible, pero no por ello se hace menos disfrutable el escuchar los entresijos de una estafa; Cómo hablar a las chicas y El pájaro del sol sorprenderán con sus finales; y cómo no, cabe destacar por su finalidad, La presidencia de Octubre, en la que se observa, no sólo en el estilo utilizado, sino en la propia sustancia del cuento, un clarísimo homenaje a Ray Bradbury. De hecho, la obra en su conjunto está constituida como un homenaje a Ray, pues conviene mencionar que el título original es M is for Magic, en clara alusión a varias obras de Bradbury.

Todos ellos se disfrutan con verdadero deleite y han de ser leídos en ratos de solaz y tranquilidad para paladearlos suavemente. La única pega, quizás consista en que no son historias nuevas. Son relatos extraídos de sus anteriores antologías: Humo y espejos y Objetos frágiles y, por tanto, para aquellos lectores que ya se hayan enfrentado a dichos volúmenes, tal vez constituya una decepción suprema pero, también es cierto que, siempre es un placer releer a Gaiman y tener sus obras, aunque sea por mero completismo.

En definitiva, una obra apetitosa, dulce, misteriosa y oscura, pero en la que se hace necesario avisar de que los cuentos, salvo tal vez alguno de ellos, no son inéditos y pueden romper las expectativas de determinados lectores.

domingo, 28 de noviembre de 2010

El significado de la noche

No soy lector de best-sellers (no creo que los que he leído en los últimos años lleguen a los dedos de ambas manos), pero he de reconocer que muy raramente alguno de ellos me engancha, como fue el caso de La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón, el cual me apasionó. Tanto, que decidí pasar de la lectura de El juego del ángel parar que no me perturbase el recuerdo de La sombra. Así, al leer en la contraportada de El significado de la noche, que se parecía a la citada obra, decidí leerlo. Normalmente no suelo fiarme de las contraportadas con sus grandilocuentes frases comerciales que intentan venderte el producto, pero en esta ocasión caí en la trampa, porque una vez leído, tengo clarísimo que no es más que eso: una sucia treta comercial engañabobos o, al menos, a mi me lo parece, ya que no ha habido ni un solo detalle que me recordase a la obra de Zafón. Advierto que si alguien tiene intención de leerlo es fácil que quede chafado si lee el resto de la reseña pues hay algún que otro spoiler sonado.

Edward Glyver es un tipo que gracias a su inteligencia y astucia se ha labrado una carrera en la vida. Hasta el momento en que descubre que su lugar en la vida debía haber sido otro, pues su verdadero apellido no es Glyver, sino Tansor, el mismo que el de uno de los Pares más importantes de Inglaterra. Observará que su eterno rival Daunt P. Rainsford obtiene un éxito mayor que el suyo y está tratando de influenciar en el potentado para convertirse en su heredero. A partir de este instante Edward G. volcará todas sus fuerzas para acabar con su odiado enemigo y recuperar lo que por derecho de nacimiento le pertenece.

El elegante y cuidado estilo de Michael Cox hacen que sea un libro de fácil y gustosa lectura, pero determinados detalles me han sacado de quicio como, por ejemplo, la frase "algo que contaré más adelante", se repite hasta la saciedad, como queriendo decir "ya lo relataré luego, porque necesito alargar la historia y no veo otra forma de poder llenar más folios". Del mismo modo, las notas a pie de página me han parecido excesivamente cargantes. Es cierto que ciertas notas ayudan a definir el background y dotar de realismo al trasfondo histórico, pero en este libro de casi 700 páginas es muy rara la que no tiene una o varias notas, la mayoría de ellas, a mi modo de ver, completamente prescindibles. Por otro lado, y aduciendo al primer elemento de esta pequeña lista de cosas que me han sacado de mis casillas, me ha parecido notoria la cantidad de paja inútil que Cox introduce en la novela, resultando una gran cantidad de páginas y detalles intrascendentes que de eliminarse habrían producido una novela más placentera y asequible.
La novela se estructura como un trabajo de investigación de un editor que ha encontrado un manuscrito sobre un personaje del siglo XVIII y decide darlo a conocer. Recurso éste muy utilizado últimamente como gancho y que podría haber dado un mejor resultado si no fuera porque existe una amalgama de fechas y hechos que confunden al lector dificultando su situación en la línea temporal narrada. De este modo, la novela comienza con el asesinato de un inocente a manos del protagonista y, no será hasta el final de la novela cuando entendamos el motivo de este hecho.
Nos encontraremos también con que hacia las últimas 200 páginas la vida de Edward Glyver / Glapthorn dará un cambio radical al enamorarse de la sobrina de Lord Tansor y olvidándose de todos y todos, y dejará en segundo lugar su venganza personal para asistir embobado a un amor que se ve fraudulento y erróneo desde el principio. Quizás desde fuera se vea más fácil, ya que en aras del amor es cierto que todos nos hemos vuelto estúpidos , pero este es un punto en el que el autor vuelve a fallar, pues no consigue hacernos epatar con el romance y desde el principio le vemos las orejas al lobo y no sorprende lo más mínimo cuando vemos la trampa en la que ha caído el protagonista, dejando un final de novela totalmente predecible, pues el romance se ve falso a la legua y el desenlace final prácticamente no hace falta leerlo para saber como va a acabar todo, amén del gran misterio (el motivo de la adopción de Edward por parte de la familia Glyver) que flota insistentemente a lo largo del libro y que finalmente es una memez total (para mí, claro).

Cox también falla con los personajes, juego con ellos dotándolos de una personalidad propia y con características únicas e indivisibles para cada uno de ellos, estereotipándolos por completo. Así, en Edward G. existe una predominancia absoluta por la venganza, es un personaje completamente obsesionado; en Emily Carteret se realza la hipocresía y la capacidad de representación; en Lord Tansor, el orgullo de una casa; en el Sr. Tredgold, la profesionalidad; y en Daunt P. Rainsford, la manipulación, falsedad y maldad hasta un punto que raya lo maniqueo, pues prácticamente no aparece en la novela sino es en boca de Edward G. que no para de mencionar sus fechorías, y de ahí, que quede un poso de incredulidad en el lector, al no vislumbrar a ciencia cierta si todo es como dice Edward o no son más que ficciones de su mente calenturienta y obsesionada.

Pero bueno, no todo es malo, he de decir que el ejercicio investigador del autor ha dado sus frutos y nos presenta una Inglaterra victoriana cuidada al detalle. Es este el punto fuerte de la novela, la perfecta ambientación. ¡Lástima no haber sabido aprovechar la belleza de la Inglaterra del XVIII para haber creado una obra digna del romanticismo de esta época!

En fin, una novela que está en el límite entre el aprobado y el suspenso, pues reconozco que no está mal, pero a toro pasado me arrepiento de no haber invertido el tiempo de su lectura para alguna otra novela.

Como siempre y para acabar, dejar claro que es una opinión personal y que lo que a mí puede parecerme un poco truño tal vez sea algo fantástico para otros muchos.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Los viajes de Joenes

Cuando comencé a leer Los viajes de Joenes no tenía muy claro lo que me iba a encontrar. Pese a haber sido reeditado recientemente por Bibliópolis, el título arrastraba ya varias décadas al castellano en otra editorial, pero nunca lo había leído. Si es cierto que, me asustaba un poco pues había leído varios comentarios con respecto al sentido del humor de la obra y, he de reconocer que, yo soy más limón que melón y en literatura, el humor no me dice prácticamente nada (no soy seguidor de Pratchetts, Moores Adamms, etc, pese a tener algún título suyo en la estantería. Pero he de decir que, en este caso, con Sheckley me tengo que quitar el sombrero.

Los viajes de Joenes
Joenes es un joven residente en la polinesia que al perder su trabajo decide emigrar a Estados Unidos para conocer la cultura de sus padres y descubrir las bondades de aquella tierra. Su inocencia le hará pasar por varias situaciones realmente estrambóticas de las que conseguirá salir bien parado, hasta acabar culminando en la destrucción de Estados Unidos.
La tienda de los mundos está formado por una colección de cuentos cortos. Brevemente:
* El precio del peligro: Jim Raeder concursa en un programa televisivo en el que pone su vida en peligro en directo.
* Los humores: Alistair Crompton decide recuperar las otras dos personalidades que extirparon de su mente.
* Triplicación: Tres minicuentos esquizoides.
* El hombre mínimo: El mega-gafe de Anton Perceveral es contratado como explorador extraterrestre.
* Si el verdugo rojo piensa: Un soldado es resucitado por error e intentará morir de nuevo.
* La tienda de los mundos: Una simple inyección liberará tu mente para viajar a cualquier mundo posible y/o probable.
* El arma que no hacía bang: Un aventurero se dispone a probar el arma definitiva en una cacería interplanetaria.
* Las muertes de Ben Baxter: La muerte de un hombre convertirá la línea histórica principal en catastrófica. El servicio de programación temporal de la tierra probará con diferentes probabilidades para evitarlo.

Como he dicho anteriormente, este libro me ha sorprendido, y mucho. El estilo sobrio y directo de Sheckley para describir situaciones a cual más descabellada no permite la llegada al aburrimiento, prácticamente no transcurre tiempo desde que acabas un capítulo en el que has alzado las cejas, se te han elevado las comisuras de los labios o seguro que has gesticulado cuando, al momento, te encuentras sumido en que una escena disparatada a dado lugar a otra que no lo es menos. No sé, me ha dado la sensación de estar leyendo una especie de híbrido entre Philip K. Dick y Terry Pratchett, en el que se ha mejorado el estilo y forma de Dick y se ha acidificado el humor de Pratchett otorgándole un aire más delirante.
Sheckley se muestra como un escritor espectacular en las distancias cortas, tanto en los magníficos cuentos de La tienda de los mundos, como incluso con el propio Los viajes...., se podría ver como una sucesión de cuentos correlativos, ya que cada capítulo es una gozada por si solo.
La profusión de ideas es continua, de tal modo que con cualquier cosilla es capaz de afilarlo y sacarte una carcajada. De este modo, de forma divertida y rápida no deja títere con cabeza y arremete contra todo lo posible: las drogas; la falta de individualidad; la férrea pero también laxa justicia; la divina y verdadera democracia americana; la policía; la educación; la salud mental y sus artesanos de la curación; el ejercito; las pruebas nucleares en el pacífico; la ecología;la televisión, la audiencia y los programas basura, etc, pero siempre desde la óptica omnipresente del miedo americano a ese famoso fantasma que recorría Europa y a unos misiles que podían cruzar el globo en cualquier momento.
Los personajes, en su mayoría están poco desarrollados,bien por la corta extensión de los cuentos, en los que, evidentemente, prevalece más la idea y la representación satírica de la misma o, en el caso de "Los viajes..." porque la mayoría interactúa con Joenes durante pocas páginas, pero aún así, todos ellos aportan sus toques hilarantes y destilan la pizca de ingenio suficiente para hacerlos interesantes y jocosamente creíbles y, por tanto, recordables con el paso del tiempo. Por supuesto esto no es válido con Joenes, con el que Sheckley parodia al Cándido de Voltaire y nos muestra que la inocencia, la ingenuidad y la bondad son bienes muy escasos en este mundo, los que hacen del ser humano un ser humano, de tal forma que Sheckley consigue que Joenes se convierta en un extraño para el mundo, un extraterrestre a los ojos e su propia raza, pero al que todo le sale bien, con lo que al fin y al cabo, también vive en el mejor de los mundos posibles.

En definitiva y conjuntando todos estos aspectos considero que es una estupenda novela por derecho propio, pero que junto a a la fantástica selección de relatos de La tienda.... se convierte en una pieza imprescindible para todo lector que guste de las lecturas divertidas y con miga.

Antes de irme, no puedo cerrar esta entrada sin agradecer a Bibliópolis el que me la haya mandado y así me haya descubierto a este gran y olvidado maestro.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Fragmentos de burbuja


Lo poco que conocía de Juan Antonio Fernandez Madrigal quedaba reducido a la portada de un libro de nombre Umma, que en su momento, y pido perdón si a alguien le molesta este comentario, me pareció muy, muy fea, tan fea que me impidió reflexionar lógicamente y me hizo volver a colocarla en la estantería de la librería a la velocidad del rayo. Con el tiempo, he ido abandonando este defecto y, hoy en día, la portada de un libro me merece la importancia justa, ni más ni menos que la que un pequeño porcentaje en el conjunto global. Pues bien, hace poco me encontré por casualidad con la sinopsis de Fragmentos de burbuja y, desconocedor de que tuviera nada que ver con aquella novela, me llamó muchísimo la atención (está bien....esta vez he de reconocer que la portada también me gustó, vale!!) y la recién nacida editorial NGCFicción! tuvo el detalle de hacérmela llegar.

Galavar despierta de una eterna inactividad. No recuerda nada y poco a poco irá recuperando fragmentos de memoria, flashes de un extraño pasado que le resultan ajenos pero irán conformando sus recuerdos. Perseguido por un monstruo interior que lo atormenta irá conformando su historia y la del mundo que lo rodea.

Así empieza esta aventura de la que poco más se puede revelar, pues caeríamos en el tremendo error de perdernos la posibilidad de adentrarnos en una enmarañada selva que nos pararía grandes sorpresas a cada machetazo y que nos ofrecería el necesario oxígeno para continuar adelante. Sin embargo, es justo y obligado reconocer que no se trata de una lectura fácil, pues es ésta una novela donde la forma es el todo. Dónde la propia historia, intensa e inquietante, subyace en el fondo, como una suave cantinela en la oscuridad de la que tan sólo se puede salir enamorándose de las palabras, del estilo elegante, preciso, intimista y en ocasiones, denso de Fernández Madrigal. Una novela donde las pocas situaciones de acción están contenidas en un velo de calma que podría mermar el gusto por su lectura ante la aparente falta de chica, pero que saboreada lentamente otorga un grato placer.

La acción se sitúa muy, muy lejos en el futuro. En un mundo árido, triste y desvencijado. Un mundo devastado por la eterna guerra entre dos razas alienígenas: los nuhomos, inteligencias artificiales (por buscar un nombre terminológicamente cercano); y las bichas o víboras de las formas, con una inteligencia colectiva. Dos razas a las que será fácil no comprender y odiar, pues persiguen sus propios objetivos sin importar los medios ni las consecuencias. Dos razas con quien no nos sentiremos identificados pero que, en realidad, están mucho más cerca de nuestra psique más profunda, de lo que creemos.

Habrá que ir avanzando despacio en el texto para aprehender este conocimiento, pues Fernández Madrigal nos introduce en la trama por medio de un experimento literario que en un principio descoloca por su apariencia inconexa pero que, finalmente, se convertirá en una lectura circular que nos ayudará a atar cabos. De este modo, el ejercicio estilístico del autor nos sumerge por separado en las mentes de cinco personajes principales y, a través de sus ojos, veremos el mundo y, ayudados por sus pies, recorreremos el polvo del camino.

El resultado es una novela arriesgada, pero también original y brillante, con una potente carga especulativa y que nos sienta de golpe en el diván de la introspección haciéndonos reflexionar profundamente, pues no es esta obra, sino una descarga de emociones, un inmenso tour de violencia sentimental que nos hace sentirnos zarandeados en las olas de la soledad, del silencio;de la desesperanza y el desasosiego; del ansia de matar y de saber; del querer sentir, del querer amar; del sentirse querido y amado, por encima de todo.

De este modo, si se consigue pasar la parte inicial, la más dura y con la que más cuesta hacerse, tendremos asegurada una fantástica lectura pues, a partir de este primer personaje, Galavar, la lectura se hace más llevadera, menos opresiva y agobiante, y sumergirnos de lleno en las diferentes mentes, con distintas motivaciones y diferentes experiencias se convierte en un excitante ejercicio de funambulismo cerebral.

Como he dicho antes, no he leído ninguna otra obra de Fernández Madrigal, pero me da la impresión de ser un autor bastante preocupado por la vertiente más sociológica y humanista de la Ci-Fi. Así, en esta obra, compuesta por varios niveles de aprendizaje y que tras varias relecturas, seguro que nos permitirá vivir y descubrir cosas nuevas, se observa un marcado interés por la constitución de sociedades y el enfrentamiento del individuo como unidad frente a la colectividad del rebaño social, así como por la infancia y el trato que se les da al aprovecharnos de su debilidad. Observar la tortura a que se somete a los niños de Alacca hace que este mundo de la telaraña no esté tan lejos del nuestro como en un principio pudiera parecer y constituye una clara crítica a esta nuestra sociedad que maltrata a los niños y corrompe su infancia para siempre.

En definitiva, y para no alargarme más, Fragmentos de Burbuja me ha parecido una novela ambiciosa, brillante e innovadora, icosaédrica e hipnótica, que no sólo incita a ser releída varias veces, sino a leer el resto del imaginario que conforma esta saga, algo que, sin duda yo voy a hacer. Una fantástica novela.

martes, 2 de noviembre de 2010

Aníbal

La novela histórica es un género que me gusta y suelo disfrutar mucho, pero es evidente que lo sitúo en mis gustos por detrás de la C-F y la Fantasía. Tanto, que el libro que voy a comentar a continuación llevaba cogiendo polvo en la estantería más de dos años... y ya iba siendo horita de pasarle un trapo por encima.

Aníbal nos cuenta la historia del famoso general, visto desde el punto de vista cartaginés, de la mano de un viejo banquero amigo de la familia, Antígono, que a lo largo de su vida nos irá relatando la idiosincrasia del Imperio Karjedonio y los avatares por los que han de pasar los miembros del clan Barca.

Aunque es probable que más de uno pueda decir que esta descripción no se ajusta del todo con la realidad del libro, y en parte tendrá razón, pues si bien es cierto que el pequeño resumen pergeñado es correcto, no es menos cierto que el título de la novela resulta muy engañoso; pues no será hasta la página 300 (de las 600 y pico que tiene la novela) cuando en realidad empecemos a conocer a Aníbal. Habiendo estado las anteriores 300 páginas destinadas a narrarnos los pormenores de Antígono, un extranjero meteco en Kar-Hadtha, para conseguir que el clan Barcida y su patriarca Amílcar Barca, tengan un lugar más justo e importante en la vida de la ciudad. Aunque a estas alturas nadie debería sorprenderse, pues Gisbert Haefs ya nos tiene acostumbrados a este tipo de novelas: en Troya o en Alejandro Magno, por citar algún ejemplo.
Es por tanto una lectura ardua y tensa, pues te sientes defraudado desde el principio, y no será sino la calidad como escritor de Haefs lo que nos haga continuar adelante para obtener, una vez acabado el libro, una grata satisfacción y recompensa y reconocer tras 600 páginas que el viaje ha sido duro y largo, pero ha merecido sobradamente la pena.

Gisbert Haefs despliega una técnica de una calidad evidente. Pasito a pasito nos va guiando por momentos emotivos e importantes de la historia de Cartago, empleando siempre un cuidado y correcto lenguaje y describiendo la cotidianeidad de la ciudad de forma que nos resulta muy cercana. De este modo la ciudad de Kar-Hadtha y la vida en la misma constituye el elemento más educativo y recalcable de la obra, e tal forma que realmente nos sentimos transitar por sus calles.
Entremezclados con la apariencia tranquila de la narración de Antígono podemos observar momentos de auténtica dureza, como la tortura del mercenario Matho; de tensión, como las disputas entre Amílcar Barca y Hannón el Grande; de esperanza, como el ascenso a los Alpes; de gloria, como la llegada a Roma; o de grandeza, como la Batalla final con Escipión en Zama.
Como es sabido los cartagineses eran un pueblo eminentemente mercante y por tanto las diferentes conquistas y movimientos se efectuaban según posibilidades comerciales. Algo que Haefs consigue mostrarnos tras las continuas luchas del consejo entre los partidarios de los Barcidas y los de Hannón el Grande, quien ignorará cualquier intento de crear un verdadero consejo democrático participativo y cualquier intento de conquista real para construir un gran imperio y siempre se mostrará inclinado a mostrar sumisión a Roma para su propio beneficio. Un Hannón, debidamente demonizado y al que se le empieza a odiar desde el mismísimo inicio de la novela, aunque es claro un elevado grado de maniqueísmo en el texto por parte del autor.

De este modo, con paso lento pero firme Haefs nos meterá de lleno en la guerra de los mercenarios junto a Amílcar y a Asdrúbal para posteriormente conseguir que caigamos rendidos a los pies de Aníbal, mostrándolo como uno de los generales más importantes de la historia, por encima incluso de Alejandro, Pirro o Darío. Un general que piensa en sus hombres y en su pueblo, que siempre está al lado de los necesitados e intenta dar sus fuerzas a aquellos que ya no la tienen.
"La china tiene suerte. Si el gran Alejandro hubiese sido Aníbal, sus hombres no se hubieran sublevado en el Indo; hubieran seguido avanzando."
Pero esta misma grandeza será la causante de su ruina, pues el consejo de ancianos de la ciudad lo teme tanto o más que Roma, y lo mantendrá con las tropas justas y necesarias para mantener siempre una guerra de posiciones, pero nunca conquistar Roma aun estando al alcance de la mano.
"Los ancianos reflexionaban sobre que sucedería si Aníbal recibía los medios necesarios para terminar la guerra. Los medios estaban allí, todos los sabían, pero ¿Quién contendría a un Aníbal victorioso, endiosado por las tropas y aclamado por el pueblo?"

La conclusión es que es una muy buena novela, con ciertos lastres, por supuesto, como pudiera ser la mistad del libro inicial aunque, como ya he dicho, una vez terminado se ve claramente su trascendencia; y como no, por un detalle importante: la confusión de nombres es pasmosa. Los nombres se repiten a tutiplen; hay un momento en que se juntan en una misma conversación Asdrúbal Barca, Asdrúbal el Bello, Asdrúbal el Cano mientras hablan del comandante de flota Hannón y el segundo al mando, otro Asdrúbal, con respecto a Hannón el Grande. ¿Qué me decís?
Pero en definitiva es una gran novela cuya recompensa es grande si se tiene la paciencia suficiente para acabarla.

domingo, 24 de octubre de 2010

La Cicatriz

Hacía ya varios meses que lo veía mirarme desde la estantería, pero yo no le prestaba atención. Los ojillos de su negro lomo me arañaban la espalda y cada vez que me giraba veía como había cambiado de posición. Me estaba buscando, y siempre se colocaba en el hueco de la estantería que coincidía con mi línea visual aunque siempre lo desechaba; la diminuta tipografía utilizada por La Factoría en este libro me echaba para atrás. Hasta que por fin me decidí a cogerlo. al fin y al cabo, pensé, Mieville es icono de calidad y no me defraudará. Era el tercer libro que iba a leer ambientado en Bas-Lag y estaba seguro de que me gustaría.

La Señorita Bellis Gelvino huye de Nueva Crobuzon tras haber estado relacionada con un individuo considerado altamente subversivo por los dirigentes de la ciudad. Es cuestión de tiempo que la localicen, por lo que decide embarcarse en el Terpsícore, que la llevará a la lejana Nova Esperium, donde permanecerá oculta un par de años, hasta que el barco vuelva de nuevo a la zona.
Pero su destino se truncará por completo cuando el barco es asaltado por piratas, que tras asesinar a los miembros más importantes de la tripulación conducirán a Bellis y al resto de pasajeros a la misteriosa ciudad de armada en calidad de ciudadanos forzosos.

Como siempre, enfrentarse a un libro de China Mieville es enfrentarse a
lo desconocido, a una imaginación apabullante, quintaesencia de la imaginación y a una prosa riquísima en matices. Por eso, al empezar a leer éste (para mí) tercer libro de Mieville ambientado en Bas-Lag, segundo en el orden publicado, no las tenía todas conmigo, pues las dos novelas leídas, aun habiéndome parecido soberbias, las recuerdo con calidades muy dispares. Y que puedo decir, La Cicatriz me ha parecido sublime y la mejor de las tres con mucha diferencia.
Mieville es en la actualidad el escritor con más capacidad para llenarme de infección el corazón y conseguir que mi cerebro se convierta en hediondo petróleo. Adentrarse en sus páginas es caminar entre calles herrumbrosas y sucias, llenas de tuberías parcheadas y chimeneas victorianas supurantes de smog junto a potentes rascacielos. Calles por las que pasea la inmundicia y la corrupción de la mano de seres oprimidos y que ansían rebelarse. Calles infestadas de estrambóticas razas entremezcladas: mujeres con cuerpo de mántis; hombres con cabeza y alas de águila; peligrosísimas mujeres insecto; Hombre con cuerpo de langosta; inteligencias artificiales; hombres transformados en monstruos en virtud de la ley operante; y yo qué sé cuantas cosas más..... Una deliciosa mezcla de ambiente Steam y Neo-gótico Punk. Todo ello estalla en nuestro cortex cuando la argamasa formada por las palabras de Mieville nos permite visualizarlo, pues son estas palabras las que llenan de potencia y oscuro lirismo sus historias. Con una prosa ultrarrecargada y barroca (no tanto en la cicatriz con en el resto), con infinitos matices y un extenso y culto vocabulario, Mieville es capaz de dotar de un fuerte carácter no sólo a los personajes, a cual más impactante y cargado de experiencias, sino también a las ciudades, que cobran vida propia a nuestros ojos y se convierten en entes enfermos, decadentes y esperanzadores a un tiempo, cargados de un ambiente opresivo, fácilmente respirable e impregnado fuertemente de la propia ideología social del comprometido autor.
En este caso, Mieville nos aleja de Nueva Crobuzon y nos sumerge en Armada, una fascinante ciudad construida sobre la base de cientos de barcos y que se mueve lentamente por el océano. Esta novela respira sentido de la maravilla por los cuatro costados, desde la fascinación ejercida por la ciudad, estructurada por barrios con sus correspondientes mandatarios y organizaciones; pasando por la historia tierna, cruel y fanática de los Amantes; la extraña mezcla de fantasía que nos trae la taumaturgia con una avanzada pero anquilosada tecnología que nos acerca más al misticismo que a una ciencia futurista; por la utilización de la magia para invocar a una de las criaturas más sorprendentes que recuerdo haber leído, el avanc; o incluso por lo que representa la propia Cicatriz, un lugar donde impera en todo su esplendor la física de posibilidades; al tiempo que nos avanza datos e historias sobre otras inhóspitas tierras y habitantes del universo Baslagiano. Oír hablar de Las Gengris, del Cromlech Alto o de las guerras Annophelii, no hace sino conseguir que me muerda las uñas queriendo leer algo más sobre ello.
Me sorprende la dicotomía con respecto a la libertad ofrecida por Armada: por un lado priva de ellas a los pasajeros al obligarlos a una vida de reclusión en la ciudad, pero por el otro los dota de total libertad para rehacer sus vidas e incluso otorga una nueva vida a aquellos condenados en Nueva Crobuzon.
Así como también la historia de Los Amantes. Me ha parecido cargada de un impactante romanticismo sado-maso contenida en un potente simbolismo, que sumerge la fuerza del Amor Eterno y el ansía por el poder en el mismo caldo de cultivo primordial.
Así, Mieville ha conseguido crear algunos de los personajes más interesantes e impresionantes que he tenido el gusto de encontrarme: los propios Amantes; el fantástico Brucolaco; el misterioso y poderoso Uther Doul y su "impredecible" espada; el inteligente y despiadado Silas Fennec; o el sensato y emotivo Tanner Sack (siempre bajo mis impresiones, claro).

En definitiva, no quiero enrollarme más: Para mí, absolutamente maravilloso. Ardo en deseos de hacerme con The city and the city.

sábado, 16 de octubre de 2010

El sueño de la razón


La novela de Juan Miguel Aguilera era una de esas a las que le tenía muchas ganas porque, La locura de Dios me dejó un magnífico sabor de boca pero, Rihla me pareció, francamente, excepcional, una novela redonda, llena de un profundo sentido de la maravilla y que me entusiasmo. Pero bueno, no es de ninguna de estas novelas de la que voy a hablar; es el turno de El sueño de la razón, la cual me ha parecido una muy buena novela, aunque no me ha gustado tanto como Rihla.

Luis Vives es un joven humanista valenciano, discípulo de Erasmo de Rotterdam, que trabaja en un tratado filosófico sobre las enfermedades del alma, hasta que le llega la oportunidad de su vida, examinar a Juana la Loca con el fin de diagnosticar su mal.
Celeste, por otro lado, es una joven bruja que en su ritual de iniciación recibirá indicios de una misión desconocida.
Ambos se verán embarcados en la Nao Real que los llevará a España junto a Carlos I (ó V, según se mire) para tomar posesión del trono que ha dejado vacante su madre.
En el camino, Celeste descubrirá en que consiste la misión a cumplir y Luis conocerá de cerca el misterioso "otro mundo". Ninguno sospecha lo que les depara el destino ni lo que esconde su pasado.

Juan Miguel Aguilera es un autor que considera, que siente, que la ciencia ficción se esconde en los lugares más imprevisibles. Es capaz de conjuntar un período histórico con una historia cuasi-fantástica, contada con sencillez y desde un punto de vista cuyo resultado debe encajarse en parámetros Ci-Fi. A mi, personalmente, me encanta.
Tiene varios detalles que poco a poco van deviniendo en sello de la casa y que lo convierten en un autor original y brillante, una rara avis poseedor de una prosa elegante y cuidada sin necesidad de excesos ni recargos. Sus novelas (al menos las tres que he leído) siempre están interpretadas por pensadores, personajes de intelecto en lugar de acción; con tradiciones y períodos ibéricos como telón de fondo; y con un desarrollo tecnológico tal, que lo que a nosotros nos resulta algo normal y corriente, parece algo mágico visto desde la perspectiva de los habitantes de las novelas.
Del mismo modo, nos encontramos ante situaciones propias del genero cuando Ramon Llull en La locura de Dios encuentra la ciudad del Preste Juan; cuando Lisán Al-Aysar llega a la América precolombina en Rihla; o cuando Luis Vives toma conciencia de que el mundo de los espíritus realmente existe en El sueño de la razón. Si extrapolamos los contextos históricos de estas situaciones a nuestra era, nos encontramos con escenas parejas a vérnoslas cara a cara con un alienigena: el encuentro con el otro, con lo desconocido. Esto, propio de la Ciencia Ficción se nos antoja a nuestra experiencia lectora disfrazado con un velo de fantasía, lo que quizás haga tan difícil la clasificación de este libro, que suscita muchas opiniones al respecto.
Sin embargo, Aguilera dota de tal verosimilitud sus obras, que el marcado carácter
ucrónico de las mismas nos invita a introducirlo en nuestro acervo cultural y considerarlo meta-histórico, quizás porque de este modo la historia sería mucho más atractiva.
Y así, un período de la historia de España que nunca me ha parecido particularmente atractivo (a mí, claro) se convierte en una cita mágica, misteriosa y llena de matices que ansío explorar.

Podemos dividir el conjunto de la novela en dos partes claramente diferenciadas: una visceral, mágica y aventurera, dominada por Celeste, en la que desde el principio debe buscar su misión en el entramado literario y se encontrará con multitud de impedimentos para que lo consigue; y por otro lado, una parte lógica y sentimental, representada por Luis Vives, como un personaje no tan carismático como Celeste pero que aporta el toque racional, emotivo e ingenuo propios de una persona cultivada que no cree en lo que no puede ser demostrado, a pesar de que prepara una tesis sobre el alma como parte integrante de la buena salud del ser humano.
Así nos encontramos con una novela plagada de aventuras que nos hará recordar la antigua grandeza del Imperio Español, pero también con toques emotivos que nos harán revivir episodios bochornosos de la historia del país; con unos personajes carismáticos y llenos de fuerza a los que se unen los encuentros con personajes famosos de la época (algo a lo que los escritores son muy dados a acudir como efecto de choque), como el Bosco, Erasmo de Rotterdam o un guerrero Iñigo-Ignacio de Loyola.

En definitiva, una muy buena novela, personalmente no me ha satisfecho tanto como Rihla, pero en la que se observa la continua evolución en la escritura de Aguilera con una prosa cada vez más cuidada y elegante y la capacidad para convertir patitos feos en bellos cisnes, tan sólo menoscabado por una edición decepcionante, por un texto plagado de errores, palabras repetidas, letras comidas, voces y nombres equivocados que lastran enormemente la lectura, algo que una editorial como Minotauro debería haber cuidado más con una buena corrección. Imagino que no fue así, pero da la impresión de que se ha utilizado software corrector más que un profesional.

viernes, 8 de octubre de 2010

¿Buena política?


Hola, no suelo hacer este tipo de comentarios, pero la verdad es que me he quedado flipado.
Hoy mismo he recibido una nota de prensa de la Factoría de Ideas indicando que ponen a la venta la tercera parte de una saga que he ido reseñando: Los diarios de la Familia Drácula. Pues bien, tras leer los datos que me proporcionan se me ha caído el alma a los pies. ¿Cómo es posible que cambien al traductor en el libro que finaliza la serie? Teniendo en cuenta que además de la historia en sí, lo que me había fascinado era la traducción de Ester Mendía, ahora me encuentro que la cambian por David Cruz. Con todos mis respetos hacía él, no digo que sea un mal traductor, pero el resultado de los dos primeros libros era magnífico. ¿Por qué cambiarlo? Por supuesto, imagino que tendrá alguna explicación, pero de verdad que yo no la encuentro. ¿Es esto una buena política? ó ¿La Factoría vuelve a lo de tiempos atrás con el tema de las traducciones? No me canso de repetirlo, pero, de verdad que no lo entiendo. Vosotros ¿Qué pensáis?
A lo mejor pensáis que soy un poco friki o tiquismiquis con lo de los traductores pero, ¡joder!, es que me parece que un buen traductor se merece un respeto y tiene un mérito casi tan alto como el de un buen escritor.
Tal vez sea una pataleta, no digo yo que no, pero por lo pronto este será un libro que no compraré, me da igual quedarme con la saga a medias, a no ser que lo encuentre en alguna biblioteca.

lunes, 4 de octubre de 2010

Las aventuras de Ulises


Desde hace ya 8 años, y digo bien, son 8, tengo la costumbre de leer un cuento a mi pequeñajo (10, 20, 30 ó 50 páginas según el día) a la hora de ir a dormir. En los últimos años nos hemos tragado juntos la serie completa de Cuentos infantiles del País, la de Bat Pat, la de Kika Superbruja, y la de Gerónimo Stilton entre otros. Esta última, la verdad es que la leemos con total disfrute, pues son libros cargados de humor y aventuras a cual más disparatadas, y bien, leyéndoselo yo, leyéndolo él o leyéndolos juntos, la verdad es que nos lo pasamos pipa. Pues bien, hace poco leímos una versión de la Odisea en clave Stiltoniana y es un honor para mí presentaros la primera colaboración de este pequeño duende de 8 años y tres días que atiende por el nombre de Álvaro.


Se titula Las aventuras de Ulises. Geronimo cuenta una historia de cuando estuvo en el Olimpo. Ulises se va de Itaca y Poseidon le impide volver a Itaca. Se enfrenta a Polifemo, a Caribdis, a la maga Circe, a las vacas sagradas de la isla del sol, etc... Al final llega a Itaca y para que no lo reconozcan Atenea le convierte en un mendigo. En la casa de Penelope su mujer hay muchos pretendientes. Ulises lucha contra ellos y los gana y vuelve a ser el rey de Itaca y está feliz con su familia.
Lo que más me ha gustado ha sido cuando han luchado contra Polifemo y lo que menos me ha gustado ha sido que los pretendientes han sido muy malos.
Es un libro muy bonito y ha sido uno de los mejores que he leído.

Álvaro G. (Alien Force)

Bueno, y ¿Por qué decido subir una nota sobre este libro? Pues evidentemente porque me parece parece un gran libro que logra con creces su función: la de entretener a la vez que educar. Y esto es así porque consigue acercar a los niños a la literatura, no sólo a la lectura de cuentos de perros y gatos, de animalillos y frases para niños, sino a la lectura de los clásicos, a una literatura en la que se obtienen valores y conocimientos, en la que se ha de pensar para intentar comprenderlo todo y en la que, por supuestísimo, te diviertes mucho leyendo. Ya sé que en la actualidad hay libros que han conseguido atraer al redil lector a un grandísimo número de jóvenes: sagas como la de Harry Potter o Crepúsculo, el problema a mi entender es que todo queda reducido a eso, cuando han acabado de leer estas novelas
o sagas, las vuelven a leer de nuevo una y otra vez sin dar oportunidad a nada más o, en el peor de los casos, abandonan la lectura. Es decir, creo que son obras que no crean lectores definitivos, sino ocasionales. Esto sólo es posible con esa literatura de siempre que nos hace viajar y conocer nuevos mundos o partes exóticas de este en el que vivimos; esa literatura que nos hace reír y llorar, que nos hace olvidarnos de todo y nos convierte por un momento en un náufrago en una isla desierta o nos pone en la piel de un pequeño niño Rey de un planeta igualmente pequeño; pero que a la vez nos hace comprender mejor ciertos hechos de nuestra vida cotidiana.
Esa literatura que, desgraciadamente, está cada vez más alejada de la sociedad actual, no sólo de la infantil aunque, es bien cierto, que es ya en esta temprana edad cuando se empiezan a sentar los hábitos lectores, y que para educadores profesionales y padres en general parece no tener excesiva importancia una vez superados los primeros cursos de primaria, en los que las erróneas políticas de fomento de la lectura consiguen ahuyentarlos de
los libros en lugar de conseguir el objetivo esperado.
Yo no estoy de acuerdo, La lectura conseguirá hacer que nuestros hijos sean mejores estudiantes al ayudarles a entender mejor, permitidme la redundancia, lo estudiado, y ¿Por qué no? a ser mejores personas, al ser capaces de conocer muchas experiencias diferentes que los pongan en el camino de tomar las decisiones más correctas.
Pues bien, cómo decía, está colección de libros de Gerónimo Stilton editada por Destino, cumple sobradamente esta función y los acerca a Homero, a Verne o a Stevenson, retocando las obra de estos genios para que resulten atractivas a los pequeños y, para ser sinceros, a los no tan pequeños: yo me lo he pasado teta.

viernes, 24 de septiembre de 2010

El Círculo de Jericó


Hace ya más de un mes que terminé este libro, pero es que no me apetece mucho escribir, la verdad, lo siento, deben ser los efluvios de llevar ya casi medio año a doble jornada laboral, y se me quitan las ganas de to’.

En fin, no suelo leer mucho relato, craso error, lo reconozco, pero había leído varias buenas críticas sobre Cesar Mallorquí, así que me embarqué en la lectura del Círculo de Jericó. He de reconocer que esperaba mucho más, pero aún así ha sido un gran aperitivo que me sitúa en la senda de alguna novela más extensa y ambiciosa de Mallorquí.

Un escritor y su familia, durante una excursión por Gerona, deciden visitar el cono volcánico de Santa Margarita. Allí los sorprenderá una tormenta y se guarecerán de ella en una cabaña abandonada, donde conocerán a un variopinto grupo de personajes que han corrido la misma suerte que los y dicen pertenecer a un club llamado “Círculo de Jericó” cuya misión es la de contar historias sobre situaciones perniciosas que podrían ocurrir de tal modo que, siguiendo el famoso dicho de los deseos personales, “si lo cuentas no se cumple”, puedan evitar el peligro que supondría para la realidad la constatación fáctica de dicha historia.De esta forma este hilo conductor une a modo de fix-up diversos cuentos que poco o nada tienen que ver entre si y que salen de la boca de cada uno de los integrantes del misterioso Círculo.

  • El escritor, la muerte y el diablo es una nueva versión de la manida historia de pactos con el diablo, solo que en clave de humor y mezclando el ansia de todo escritor por ser famoso con un diablo de la era de la informática.
  • El rebaño es una hermosa historia en la que tras la destrucción de la humanidad, las cosas continuan funcionando por si solas durante un tiempo. Dos líneas argumentales, en la figura de un perro pastor y un satélite ponen la nota sentimental y filosófica del cuento.
  • El mensaje perdido es, quizás, el peor cuento de la colección: Una comunicación alienígena interfiere por error en el cerebro de un recien nacido. El impacto de este rayo cósmico le abrirá la menta hacia una superconciencia que lo convertirá en la mente más poderosa del planeta.
  • La pared de hielo: una multinacional de la bioingeniería prepara un proyecto ultrasecreto con el que pretenden manipular la mente de los hombres, para ello utilizan un conejillo de indias ignorante de este hecho. Lo que podría ser un avance importantísimo en la historia de la humanidad se convierte en la persecución de un interes personal.
  • Materia oscura: Un antropólogo viaja al amazonas para estudiar a una tribu de la que no se sabe practicamente nada. Considerada como una tribu sin motivo alguno para existir, el investigador acabará comprendiendo en sus propias carnes que sin esta tribu el universo no sería tal y como lo conocemos.
  • El hombre dormido: El descubrimiento de un tipo de ondas mentales producidas durante el sueño desconocidas hasta ahora pondrá en marcha un proyecto científico para su aprovechamiento. El resultado será completamente imprevisto y catastrófico para la humanidad.
  • La casa del Dr. Pétalo: Una de las historias estrella de la colección. Novela corta más que cuento y de hecho, finalista del UPC 1993. Trata sobre una casa que desafia los límites del tiempo y espacio y en continua expansión, pues se anexiona estancias de diferentes lugares y épocas. La intención de su dueño de incluir el salón de la casa de la protagonista acabará convirtiéndose en una moderna versión de la bella y la bestia. Aunque así explicado tal vez resulte algo soso, he de reconocerlo.

Cesar Mallorquí emplea una técnica narrativa muy efectiva. Sin emplear un lenguaje ampuloso ni rebuscado (de hay la frase del principio de que esperaba más) consigue dar los golpes d efecto necesarios para que las historias enganchen y resulten facilmente imaginables. El buen ritmo predominante durante toda la obra y el evidente talento como narrador de Mallorquí hacen de esta recopilación una obra muy amena e interesante.

La muestra que nos ofrece Mallorquí es muy ecléctica en su contenido y aunque, en conjunto, es merecedora de un notable, es cierto que presenta serios altibajos, con cotas muy altas, como en el caso de “El rebaño” o “La casa del Doctor Pétalo” que me han parecido auténticas obras de orfebrería, pero también muy bajas, como en el caso de “El hombre dormido” o “El mensaje perdido”, con el que el autor se adentra en una doble línea temporal pero pareja que, como elemento experimental es interesante, pero no ha acabado de convencerme.

Lo que sí es cierto es que consigue hacernos reflexionar en todos y cada uno de ellos, pues toca puntos tan dispares y afines al ser humano como la ambición por el poder, el deseo de superioridad, la realidad escondida tras lo percibido, la soledad, el miedo a la soledad; o tan literarios como los contactos extraterrestes, la venta del alma, la superioridad de las máquinas o las puertas dimensionales.

A mí, personalmente, me ha gustado.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El misterio de la casa Aranda


Victor Ros es un joven y brillante detective que hubiera tenido una también brillante carrera delictiva de no haber sido retirado de las calles por el sargento don Armando. Ahora, años después, famoso por haber desactivado una célula terrorista en Oviedo, regresa a Madrid con motivo del funeral de su querido padrino.
Al llegar se encontrará con un caso que le parecerá muy interesante: la muerte de varias prostitutas con el mismo modus operandi denota que probablemente se encuentre ante un asesino en serie. Al mismo tiempo, un segundo caso, esta vez realmente misterioso le cae encima de la mesa. Una mansión donde una joven aristócrata acaba de intentar matar a su marido tras leer unas frases de La divina comedia, algo que ya sucedió con varios inquilinos anteriores. Esta vez, su interés será mayúsculo, no sólo por lo insólito del caso, sino por que la casa en cuestión, la mansión Aranda, pertenece a la familia de la joven de quien se ha enamorado a pesar de saber que es inalcanzable debido a sus diferentes status sociales.

Primera incursión de Jerónimo Tristante en este género. No está mal. No es que sea una gran obra, pero es una novela agradable y amena que se lee con soltura y rapidez. Tristante emplea un lenguaje llano pero muy eficaz que nos hace avanzar por la novela sin perder comba y moviéndonos por dos casos que resultan muy interesantes, uno con tintes de misterio sobrenatural y otro de menor estofa, pero más sentado en el suelo, y del que sólo cuenta con un par de pistas. En ambos casos el subinspector Ros descubrirá que se remontan a muchos años atrás. Ambos casos, como digo, son interesantes, pero resultan muy previsibles.
De este modo, el Inspector Ros es una suerte españolizada de Sherlock Holmes, con su Watson particular en la figura del inspector Don Alfredo Blazquez, y que realmente ofrece mucho más de lo que da, pues a pesar de presentarse con un inicio brillante, con varias deducciones que nos sitúan en la senda de una investigación al estilo del célebre detective de Baker Street, poco a poco se va apagando y sus deducciones se vuelven bastante simples, a pesar de que maravilla a todos cuantos rodea y de que cuenta con la tutela de Don Alberto, Conde de Razes y que parece un antepasado español de Grissom. Resulta de hecho incongruente y chocante cómo, cada vez que Victor Ros cree haber descubierto una pista importante corre a contar todo lo que ha averiguado a los sospechosos, y no tan sospechosos, en un alarde, para mi gusto, de extrema idiotez.

En la misma línea, los personajes son bastante simples y resultan estereotipados para una época en la que las categorías sociales delimitaban el trato entre personas, y resultan sosos y anodinos en general.

El retrato de esta sociedad madrileña y el marco ambiental constituye el punto fuerte de la novela, plasmando acertadamente los entresijos de una degenerada clase alta a la que no le preocupa lo más mínimo lo que pueda sucederle a la plebe, y consiguiendo de forma exitosa marcar las delimitaciones existentes entre los diferentes status, al tiempo que nos da un interesante, aunque un tanto escaso, paseo por las calles más emblemáticas del Madrid del XIX y nos acerca a una corrida de toros y a alguna que otra fiesta social.

La verdad es que hoy me quedo corto, no tengo más que decir. En definitiva, una novela simple, sin pretensiones, pero perfecta como lectura de verano. No digo que sea mala ¡ojo!, se lee de un tirón y es entretenida, para muchos eso es suficiente.

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