miércoles, 27 de enero de 2010

Diarios de la familia Drácula I. Pacto con el Vampiro

Inicialmente, me enfrenté a la lectura de esta novela con una batalla de impresiones en mi interior: por un lado, estaba ilusionado ante la lectura de un nuevo libro sobre uno de los vampiros más mediáticos y famosos; por contra, las reticencias hacia ese mismo concepto eran abundantes. Me asustaba sobremanera el hecho de una historia basada en la familia del Empalador. Los acontecimientos narrados se situaban cincuenta años antes de lo contado en el Drácula de Bram Stoker. ¿Quedaría destrozada la leyenda?, ¿El estilo y la historia contada por Jeanne Kalogridis corrompería la figura de mi querido Drácula?
Sólo necesité cinco páginas para enterrar todas mis dudas y sumergirme de lleno en el éxtasis de una lectura fascinante cuya impresión paso a contaros a continuación.

El joven Arkady Tsepesh regresa a su Transilvania natal ante el requerimiento de su padre, pues está gravemente enfermo. Tras los años pasados en Londres su vida ha ido cobrando forma y ha comenzado a formar una familia, por lo que vuelve acompañado de su mujer, Mary, en estado de buena esperanza. El recibimiento en el castillo de la familia será más bien, frío, pues su padre ha fallecido antes de su llegada. Ante este suceso, como está escrito, debe tomar las riendas del castillo y administrar las tierras y riquezas de su amado tío abuelo, el príncipe Vlad. En muy poco tiempo verá que Vlad no es tan perfecto como parece, diversos detalles que recuerda de su infancia comenzarán a cobrar sentido y recobrará muchos recuerdos olvidados.

Con esta novela, Jeanne Kalogridis ha conseguido, a mi juicio, dos importantes logros: por un lado ha vuelto a encender la llama de un subgenero cuyo fulgor, en su vertiente más clásica, estaba casi extinto (a pesar de la sobrecarga vampírica existente); por otro, no solo no ha depreciado la figura de Drácula, sino que con esta primera parte ha conseguido hacerla más interesante si cabe. Habrá que esperar a la finalización de la trilogía para ver si la evolución completa del personaje es correcta.
La novela está estructurada en capítulos divididos a su vez en las entradas de tres diarios, los de: Arkady Tsepesh; su hermana, Zsuzsanna Tsepesh; y su mujer, Mary Windham Tsepesh. A cual de ellos más interesante, ya que las motivaciones y sentimientos plasmados en cada uno de ellos estaría muy, muy distanciados entre sí, si los reflejásemos sobre una escala moral o sentimental.
Este esquema narrativo, junto con el enclave ambiental, hace que los actores de la obra sean realmente pocos: los tres propietarios-redactores de los diarios; el foco de atención central de la novela (Vlad); y varios personajes secundarios. Pero todos, en general, están muy bien definidos y son capaces de transportarnos sus miedos, dudas y ansias.
La evolución psicológica de los tres personajes principales a lo largo de la novela es notoria, dotándolos de mucha credibilidad, pero omitiré una mayor explicación de estas particularidades (como me gustaría hacer), pues están muy ligadas a sus sentimientos y vivencias respecto a Vlad y sería muy fácil levantar varios indeseados spoilers.

Utilizando un soberbio estilo, que en ocasiones me ha costado diferenciar del de Stoker, Kalogridis ha sabido dar el toque añejo necesario para arrastrarnos a los Cárpatos. La prosa empleada es realmente bella y el lenguaje culto y arcaico de los diarios convierte en un deleite su lectura. Realmente me he sentido transportado al desfiladero de Borgo y me he visto atacado por oscuros lobos, a bordo de una calesa tirada por un hombre cuya mirada hace que se me pongan los pelos como escarpias.
Jeanne Kalogridis amalgama en esta novela los dones de Bram Stoker y la mejor Anne Rice. Se atreve con la prosa y ambientación de uno y la sensualidad de la otra, y consigue escenas realmente tórridas, capaz de helarte la piel por fuera y de bombear fuego por dentro.
Todo ello, aderezado con el goticismo propio de la ambientación y el folklore popular la convierte en una excepcional novela de la que no voy a revelar más aunque me muerda la lengua y me envenene. Si alguien quiere saber algo más que lo pida.
Con respecto a esto, es de todo punto justo, reconocer también el mérito de la traductora, Ester Mendía, cuyo presente trabajo roza la excelencia.

Como pegas, podría decir que todo lo que va sucediendo es bastante previsible y en pocas ocasiones consigue sorprender lo que va sucediendo, y quizás, que en determinados momentos, se hace difícil creer que se sea capaz de escribir en un diario de forma tan educada y correcta cuando se está sometido a tanta tensión, pero ambas indicaciones son meros detalles que no ensombrecen, en lo más mínimo el gran sabor que dejan Los diarios de la familia Drácula.

La novela termina de tal modo que parece indicar que la segunda parte, Children of the Vampire, no será tan tranquila como esta primera y nos hace esperar una dosis de acción trepidante, por lo que ya ardo en deseos de tenerla en mis manos (a ver si la Factoría se da prisita en publicarla).
La edición de la factoría está bien cuidada, lo que es de agradecer, aunque reconozco que me hubiese gustado más una portada mate en vez de con acabado brillante.
Si con la segunda parte, La Factoría continúa en su buena línea editorial y la traductora continúa en las mismas cotas de calidad, no me cabe la menor duda de que el resultado será inmejorable.

sábado, 23 de enero de 2010

Barrayar

Una vez reseñado Fragmentos de honor era obligatorio hacer lo propio con Barrayar para finalizar el arco argumental sobre los padres de Miles Vorkosigan.
Barrayar es la continuación directa de Fragmentos de honor y es imprescindible leerlas en orden para entender completamente la historia que concebirá a uno de los personajes más famosos y carismáticos de la space-opera moderna.

Aral Vorkosigan es nombrado regente del imperio, pues Gregor es todavía un niño. Su matrimonio con Cordelia Naismith va viento en popa y están esperando un bebe. Pero rápidamente observarán que es difícil cambiar las tradiciones de un pueblo tan estricto como el de Barrayar, y Aral se verá sometido a conjuras y amenazas. Tras un primer atentado fallido, el segundo está más próximo a conseguir su objetivo, pero en cambio tocará de lleno en una parte importante de la pareja: su futuro hijo. No obstante, el fuerte arraigo tradicionalista y militar acabará desembocando en una guerra civil.

Como en la anterior precuela Lady Vorkosigan (Cordelia) se convierte en el personaje más importante de la novela, el alma mater de la misma. Hace una labor de contrapunto impagable contra las antiguas leyes y costumbres barrayaresas, al tiempo que admira como un planeta puede sobrevivir tan solo con su honor y disciplina como conceptos de suma importancia, mientras que se horroriza ante el bajísimo nivel tecnológico desarrollado.
El personaje de Aral también está muy bien retratado y nos mostrará los continuos miedos y responsabilidades a que debe hacer frente aquel que asume un gran poder.
Conoceremos mejor la sociedad barrayaresa, con sus juegos de poder entre los Vor y sus clases más desfavorecidas en el Caravasar.
Y, como no, por fin conoceremos de primera mano y con total detalle, los pormenores de la malformación de Miles, no en vano se cansará de repetir en el futuro que no es un mutante, sino que su enfermedad es de origen teratogénico.

Lois McMasterBujold vuelve a conseguir sumergirnos de lleno en la atmósfera creada y en el sentir de sus personajes y nos hace impregnarnos de lleno de el fuerte sentimiento de pavor que produce la posible pérdida de un hijo: de la mano de Karen, por su hijo Gregor; de la de Bothari , por Elena; de la de Lady Vorpatril, embarazada; y, por supuesto, de la de Lady Vorkosigan, por Miles. Todos ellos intentarán no mezclar el deber con el dolor, pero recurrirán a todo lo necesario para hacer lo más correcto, poniendo incluso sus vidas en peligro para salvar la de sus hijos.
Como siempre, el estilo de McMasterBujold es cristalino y fluido, con la chispa de acción necesaria para que no decaiga la tensión en ningún momento e ir conformando poco a poco una de las sagas militares más espectaculares de la Ciencia-Ficción.
Barrayar, a mi modo de ver, supera con creces a Fragmentos.... y nos abre el camino para conocer a la gran figura, a Miles Vorkosigan, quien nos contará sus andanzas en más de diez volúmenes.

Un libro ameno, agradable y muy fácil de leer. Imprescindible para los amantes de la Space-Opera y la Ci-Fi en general, pues salvo por el hecho de que la acción se desarrolla en un planeta diferente a la Tierra, podría tratarse de cualquier otra parte del mundo, de hecho, podría pasar por una novela de ficción en general.

lunes, 18 de enero de 2010

Kafka y la muñeca viajera

La risa de un niño, sobre todo una risa abierta y abundante, sincera, sin dobles intenciones, es capaz de hacernos felices, de arrancar una sonrisa a nuestro rictus de seriedad y hacernos olvidar el mal momento por el que estemos pasando. Parecido es el caso cuando se trata del llanto, un llanto desconsolado, de esos reales y no fingidos por los magníficos y pequeños actores que son los niños; al verlo se estremece nuestro espíritu, nuestra cara se torna triste y nuestra mente se desvía hacía lo que pueda sucederle o como podría alegrársele.
¿A alguien no le ha pasado nunca? A la inmensa mayoría, seguro que sí. A la gente normal estoy seguro de que sí. Omitiré los incluidos en el status de anormalidad.
Pero hay una diferencia entre ambas situaciones: la risa y el llanto infantil. La risa nos alegra, nos hace ser felices por un momento, pero es una sensación que se diluye rápidamente al sumergirnos de nuevo en el mundo cotidiano, en la realidad que nos rodea; una llantina, en cambio, es algo más complicado, el efecto es más persistente y alargado en el tiempo. La imagen del niño no se va tan fácilmente de la mente y a lo largo del día es fácil revivir el llanto del niño y amargarnos el rato. Esto es así, porque la capacidad de empatía de los niños es enorme, y el llanto rompe todos los esquemas racionales imperantes y actúa directamente sobre nuestro sistema límbico, consiguiendo que no nos centremos en nada más y que nuestro único cometido sea pensar en como se podría ayudar al infante.
Algo así debió sucederle al genial Franz Kafka en determinado momento de su vida cuando, un año antes de su muerte, paseaba por el parque Steglitz y observó a una niña llorar desconsoladamente. Al preguntarle qué sucedía, porque lloraba así, la niña le respondió que había perdido su muñeca. En ese momento, Kafka hizo alarde de su imaginación y le explicó a la pequeña que su muñeca no se había perdido, sino que se había ido de vacaciones y que él era un cartero de muñecas, un cartero especializado en entregar cartas de muñecas. De tal modo que para que su estratagema tenga éxito se deberá meter en un pequeño-gran lío: escribir cartas para la niña de parte de la muñeca. Y así, ante la alegría de la niña se verá abocado a escribir carta tras carta, ante la atónita mirada de su pareja, al tiempo que busca la manera de terminar con esta situación sin dañar la inocencia e ilusión de la pequeña.

Jordi Sierra i Fabra consigue en, apenas 100 páginas, dotar este hecho verídico de una sencillez y una sensibilidad sin par.
Mediante un lenguaje armónico, quizás demasiado rebuscado para el público infantil, pero delicioso para el juvenil y adulto, Sierra i Fabra logra acercarnos a la personalidad del peculiar escritor y a su dificultad para entablar relaciones con los niños, al tiempo que dibuja con mano firme los rasgos de la psicología de estos maravillosos pequeñajos frente a la forma de ver el mundo de los adultos. Aquellos que seamos padres, notaremos a medida que vamos leyendo, como asentimos ante determinados juicios o pensamientos con respecto a la infancia, que aparecen en el libro y no podremos más que dar la razón. A los más, más sensiblones (blanduchos totales), como yo, puede que incluso se escape alguna pequeña lágrima.
Es imposible no mostrar una sonrisa en el rostro mientras se lee el libro, ante la ilusión que le hacen las cartas a Elsi (la niña) o ante las palabras de Dora (su pareja) al observar y aconsejar acertadamente a Franz de que la situación se le puede ir de las manos; al mismo tiempo, olvidamos que por una vez fuimos niños, y una sombra de incredulidad nos recorre al pensar, como es posible que alguien se pueda creer una historia tan absurda. ¡Ay, inocencia perdida, quién te recuperase!
También me ha llenado de emoción ver como Kafka escribe febrilmente, cada vez más enfermo, pero con la ilusión de volver a ver la infantil sonrisa de Elsi. Como a pesar de sentirse exhausto y de saber que debe dar un paso final para terminar la historia se afana para que todo resulte creíble para la pequeña. Para mantener viva esa inocencia tan añorada.

En definitiva, un maravilloso libro de Jordi Sierra i Fabra, (quien si no recuerdo mal, es el autor español con más obras publicadas), que gano el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2007.

Merece la pena leerlo, y si dispones de tiempo se puede leer tranquilamente en una tarde pues, como he dicho antes, el estilo de la novela es muy armónico, casi musical y las páginas pasan volando, casi sin darse cuenta.
A mí me ha parecido una auténtica delicia.

Ah, se me olvidaba. Como experiencia, valga decir que se lo he leído a mi hijo (7 años) en 4 noches, antes de ir a dormir. Le ha encantado.

jueves, 14 de enero de 2010

El Secreto del Bosque Viejo

Incluido entre los Fundamentales de Fantasía por la extinta Cyberdark.net (suscrita por el gran Javier Negrete), está considerada como una de las obras principales de Dino Buzzati. Si lo unimos a la maravillosa experiencia que me proporcionó El desierto de los Tártaros, entenderéis que El secreto del bosque viejo deba ser una entrada obligatoria en El Tintero.

En esta historia se narra la vida del General Sebastiano Procolo a partir de su jubilación, momento en el que se hará cargo de administrar unas tierras que ha heredado. En sus dominios se encuentra el Bosque Viejo, un bosque centenario que respira vida por los cuatro costados.
Acostumbrado a la disciplina militar, Sebastiano es un hombre serio y taciturno que no aprecia a nada ni a nadie, ni siquiera a su sobrinito Benvenuto, estudiante en un internado que suele pasar las vacaciones con él.
De forma paralela se nos narra la historia del viento Mateo, el viento más importante de la zona durante mucho tiempo.
Con el paso del tiempo, el General comprenderá que la naturaleza es algo mucho más importante de lo que pensaba, que los seres del bosque siempre se lo han intentado hacer saber. Descubrirá que el tiempo pasa y lo verdaderamente importante son los hechos y el recuerdo que la gente guardará de ti en base a esos hechos.
El viento Mateo también entenderá que el tiempo pasa y la juventud se acaba al observar como las nuevas juventudes te sobrepasan.

Animales que hablan, juicios presididos por animales, duendes de los árboles, incluso vientos con mucha personalidad, hacen que la obra se convierta en una bella fábula destinada, a mi parecer, más a los adultos que a los niños, ya que hay un importante componente de crecimiento y evolución personal que estos últimos no alcanzarían a comprender sobradamente.
El general Procolo es un hombre autoritario, rígido, pero que al heredar las tierras comenzará a sentir una insaciable ambición como no había sentido antes, llegando incluso a intentar asesinar a su sobrino en repetidas ocasiones. He de confesar que he tardado bastante en comprender el porqué de esta obstinación repentina por matar al chiquillo y después, me he dado de cabezazos contra la pared al entender algo tan simple.
Pese a no ser el personaje principal, el viento Mateo es el personaje que más me ha gustado. Ver su transformación paulatina de "señor" de la zona a mero monigote me ha imbuido de cierta tristeza al echar la vista atrás y visualizar el paso del tiempo; al sentir que por mucho que intentes recuperar el pasado, sólo queda su recuerdo en tu interior; o lo aceptas y tratas de avanzar, evolucionar hacia otra cosa, otro estado, o... en fin, el viento Mateo no fue capaz de aceptarlo.

Buzzati vuelve a hacer gala de una prosa ligera y rápida, pero para nada vulgar; no sé cómo explicarlo, con poética ligereza: dentro de la parquedad de la prosa se descubren cantos a las palabras.
Hay escenas realmente bonitas: la reunión asamblearia de los animales; la lucha de los vientos, que nos arrancan una sonrisa y nos acercan a la niñez; o la escena del general en la nieve (al final) que nos encojen el corazón.

En fin, tiene de todo lo que una buena y bonita historia debe tener... y aun así, no sé porqué no me ha acabado de convencer. No tengo argumentos negativos, pero hay algo que no me termina de llenar. Tal vez sea porque tras El desierto de los Tártaros es muy difícil que Buzzati vuelva a superarlo. Tal vez sea que no era el momento de leerlo: los libros, como los buenos vinos, tienen sus momentos, y saborearlos fuera de su tiempo no suele dejar un buen sabor de boca.
De lo que sí estoy completamente convencido es de que no le he prestado toda la atención que debiera, no lo he leído de la forma en que Buzzati se merece. Algún día lo volveré a intentar. Tal vez, entonces, yo también deba mirar atrás.

lunes, 11 de enero de 2010

El beso de Milena

El título original, "Fairyland", junto con la portada tipo "Matrix" de la Factoría de Ideas han sido los dos motivos que me han inducido a sacar este libro de la pila. Tras leerlo me he quedado a cuadros; el libro es muy bueno, pero no estoy seguro de haberlo entendido todo.

Un futuro cercano. Las grandes multinacionales controlan el sistema económico mundial y los pobres viven hacinados en ghettos. El mundo es un lugar mucho más oscuro y sombrío. Un mundo acuciado por el cambio climático. El mundo del narcotráfico se ha abierto hacia nuevas variantes más lucrativas y "menos nocivas", los virus y sustancias psicoactivas de origen genético. La tecnología llega a sus más altas cotas, la nanotecnología se queda pequeña y da paso a la femtotecnología (o al menos eso deduzco por la utilización de unas "nanomáquinas" de nombre "fembots"). La investigación genética también está en pleno auge, pues además de los virus psicoactivos de moda y la inclusión de memes, las grandes empresas han creado unos seres llamados muñecas, utilizados para efectuar cualquier tipo de trabajo que se les requiera, entre ellos la lucha libre, actividad ésta última ilegal, aunque muy lucrativa. En todo este meollo se encuentra metido Alex Sharkey, un antiguo delincuente poca monta, pero con cierto éxito como pirata genético en la actualidad. Acuciado por las deudas y ciertas amenazas, topará con Milena, una muñeca muy especial, la única en su especie, que lo "hechizará" con su encanto. Alex recorrerá el mundo siguiéndola, y mientras, a lo largo de los años, Milena irá cambiando el mundo, con la creación de las hadas, muñecas especiales. Su idea es la creación de una raza independiente y autosuficiente en un reino propio: El reino de las hadas.

Es la primera novela que leo de Paul McAuley, y me ha sorprendido gratamente. Su escritura enrevesada y envolvente te atrapa desde el principio, aunque para mi gusto, su estilo descriptivo es exagerado, obsesivo, me atrevería a decir, y en ciertos momentos llega a ser cargante, al introducirte tanto en la escena que te hace olvidar el porque de determinada situación. Es una ventaja que en determinadas ocasiones se torna perniciosa, ya que en determinados momentos la tristeza ambiental te satura definitivamente.
La ambientación me ha encantado, quizás con cierto estilo gótico-punk, tanto por lo denso y recargado de las descripciones como por lo opresivo y oscuro de la mismas.
De los personajes poco puedo decir, pues son realmente pocos, aunque el protagonista, Alex Sharkey, está realmente bien definido y podremos observar su evolución por el libro, ya que éste se divide en tres actos, de acuerdo con las 3 zonas geográficas y períodos de tiempo en que Alex continua su búsqueda de Milena.
La novela va ganando en intensidad a medida que avanza en la historia, y aunque al final se puede andar un poco perdido y con la boca abierta debido a lo variopinto de la situación, ya que nos encontraremos inmersos en el potaje formado por licántropos, hadas, elfos, trolls y varios seres feéricos más junto a máquinas Von Newman, ataque meméticos a gran escala, trasvases mentales, etc., es cierto que al escarbar un poquito es fácil observar que McAuley nunca se ha alejado del camino especulativo y ha ido lanzando idea tras idea, pero sin explicarlo todo, dejando, de forma muy inteligente, muchas piedrecitas que el lector ha de recoger para terminar el camino (de ahí mi dificultad en este libro para abarcarlo todo).
Con el paso de las hojas se adivina que la obsesión de Milena es la obsesión de Frankenstein, la obsesión por ser considerado normal e independiente, por no ser tratado como un esclavo o un juguete; pero en esta versión más moderna interviene la tecnología y, por lo tanto, el final será mucho más expansivo y definitivo, ya que dicha tecnología nos permite llegar a muchísimos lugares.

En definitiva, una buena historia, pero hay que cogerla con tiento. No apta para lectores que no gusten de versiones especulativas con engranaje hard.

Por cierto, no me podía despedir sin dar un pequeño tirón de orejas a la editorial, pues el libro está hecho para leerlo con lupa. De hecho, si puedo evitarlo, no volveré a leer un libro con un tamaño de letra tan reducido como el que tiene la presente novela.

lunes, 4 de enero de 2010

Saint-Germain. Hotel Transylvania

St. Germain es uno de esos personajes que siempre me han llamado la atención. Su vida, o lo poco que se sabe de ella siempre me ha parecido misteriosa e interesante. Así que en cuanto vi que Alamut había editado la novela de Chelsea Quinn Yarbro, corrí a comprarla; dejé aparcada el resto de la pila y me enfrasqué inmediatamente en su lectura.

Le Comte de Saint Germain llega al París del siglo XVIII y causa sensación en la Corte. Su saber estar, su fortuna, habilidades artísticas y el misterio que arrastra tras de si le han granjeado la admiración de buena parte de la Corte. La aparición de Mademoiselle Madelaine Roxanne Bertrande de Montalia hará de nuevo latir su corazón, y entre ambos surgirá un apasionado romance, incluso tras saber que Saint Germain es un vampiro. Pero sobre la joven se cierne un aciago sino: desde su nacimiento está destinada a servir de sacrificio para el Círculo (grupo parisino de aristocráticos adoradores de Satanás), cuyo líder es Le Baron Clotaire Odon Jules Valiance Pieux de Saint Sebastien, antiguo enemigo del protagonista. Mientras El Círculo intenta embaucar a Madelaine para atraerla hacia sus fauces, St. Germain se erigirá como su fiel protector.

Chelsea Quinn Yarbro hace un buen ejercicio especulativo en torno a la figura de Saint Germain, utilizando bien los elementos conocidos de su biografía para añadir una patina de verosimilitud a los más misteriosos, pero se queda corta en lo que a una novela de vampiros se refiere. Si bien es cierto que, tras 23 novelas a la espalda de este personaje, puede que, ésta, la primera que escribió, quede en una mera aproximación y poco a poco vaya desarrollando más los aspectos más oscuros del protagonista.
La novela está estructurada en tres partes. Cada una de ellas con el nombre de uno de los actores principales y que funcionan a modo del esquema básico: presentación de Le Comte de Saint Germain; romance; trama final contra el Círculo.
Cada capítulo viene precedido o epilogado con una carta escrita por algún miembro importante de la Corte. Su estilo barroco, culto y educado en exceso es una auténtica maravilla.
El resto de la obra también presenta un lenguaje barroco y descriptivo, pero centrándose en demasía (a mi gusto) en los coloridos y recargados atuendos de la moda parisina de aquellos tiempos y que hoy en día harían enrojecer a cualquiera. No obstante es un espectáculo la imaginación de dicho vestuario.
Me ha parecido muy interesante la utilización que hace Quinn Yarbro del mito, utilizando conceptos del imaginario vampírico como el no poder cruzar sobre agua corriente o el dormir sobre tierra natal y desechando otros por considerar que no se ajustan de forma global a la tradición, como puede ser lo relacionado con los crucifijos o los espacios sagrados, argumentando en este caso, de forma muy convincente el porque de la no afección de estos artefactos sobre los vampiros.

Los personajes, en general, están bien definidos, dibujando meritoriamente a la aristocracia francesa y definiendo claramente la diferencia de actitud y forma de vida entre ambos sexos. Recalca especial importancia el elenco formado por los miembros del Círculo, a cual de ellos más lujurioso y lascivo, sin olvidarnos de su líder Saint Sebastien, dotado de los calificativos más viles y degradantes posibles.
Merece especial atención el personaje de Robert Marcel Yves Etienne Pascal Marquis de Montalia, padre de Madelaine y antiguo miembro del Círculo, autoexiliado y que refleja el mayor odio hacia la impía orden y sobre el que recae una fuerte carga de arrepentimiento.

La trama deja lugar a pocas sorpresas y todo va saliendo según lo imaginado, salvo quizás, la escena final (la lucha entre Saint Germain y el Círculo), la cual si sorprende, pero en mi opinión, de forma desfavorable, ya que tras haber leído determinadas escenas de la historia en las que ha estado presente el protagonista, se espera una lucha más fastuosa y sin embargo, Saint Germain sólo necesita hacer gala de una celeridad y potencia acumulados durante todas esas centurias para acabar con los malos; amén de que la escena en su conjunto si es entretenida y de rápida acción.

En definitiva, es una agradable y buena novela, pero si Alamut decide continuar la serie, será la lectura de la 2ª parte la que me haga decidirme si continuar o no. De momento la primera entrega me ha llamado la atención, pero no me ha entusiasmado, pues además de lo comentado anteriormente, una de las cosas de las que se alardea en las críticas de esta saga es la ambientación histórica de la misma, pero yo (salvo el ambiente aristocrático existente) he hechado en falta una descripción en profundidad de dicho período histórico.

A pesar de todo ello, no es una mala novela y se merece una oportunidad. Os entretendrá, eso seguro, y eso ya es bastante en estos tiempos.

Ante todo es obligado el reconocimiento a Alamut/Bibliopolis tanto por la cuidada edición como por la estupenda traducción de Manuel de los Reyes.

sábado, 2 de enero de 2010

Lecturas 2009

Bueno, pues una vez acabado el año, toca hacer un recuento de las lecturas del mismo. Las puntaciones, como es evidente, son subjetivas, pues no sólo dependen de la calidad literaria que me ha parecido (a mí) que pueda tener el libro en cuestión, sino también del estado de ánimo en que me encontrase en el momento de la lectura. Aquí va:

1 Lluvia negra de Masuji Ibuse -7-
2 La música del azar de Paul Auster -9,5-
3 La posibilidad de una isla de Michel Houellebecq -8-
4 Las edades de la luz de Ian R. MacLeod -8,5-
5 Kafka en la orilla de Haruki Murakami -6,5-
6 El Hospital de la transfiguración de S. Lem -6-
7 Crónicas del Campeón Eterno de M. Moorcock -6,5-
8 La práctica de la inteligencia emocional de D. Goleman -6-
9 El contrincante de Elia Barceló -6-
10 La casa del silencio de Orhan Pamuk -6,5-
11 Carbono Alterado de Richard Morgan -7-
12 La locura de Dios de J. M. Aguilera -7-
13 Terraformar la Tierra de Jack Williamson -7,5-
14 No es pais para viejos de Cormac McCarthy -7,5-
15 El mar de madera de Jonathan Carroll -7-
16 El glamour de Cristopher Priest -8-
17 Traduciendo el cielo de John Crowley -5,5-
18 Siembra de Jade de Alex Irvine -7,5-
19 A punta de espada de Ellen Kushner -7,5-
20 Sleeping in flame de Jonathan Carroll -8,5-
22 El mapa del tiempo de Felix J. Palma -9,5-
23 Entrebrumas de Hope Mirrlees -5,5-
24 El caballero de las espadas de Moorcock -6,5-
25 Evenmere: La gran mansión de James Stoddard -7-
26 La reina de las espadas de Moorcock -6,5-
27 Cuando el antro sagrado cierra de Lawrence Block -7-
28 El rey de las espadas de Moorcock -6,5-
29 El diablo en un bosque de Gene Wolfe -5-
30 Ensayo sobre la lucidez de J. Saramago -7,5-
31 Juglar de Rafael Marín -7-
32 El caballero de Gene Wolfe -6,5-
33 Houdini y S. Holmes de D. Stashower -7-
34 De ratones y hombres de John Steinbeck -8-
35 White apples de Jonathan Carroll -8,5-
36 Los vientos del olvido de A. Torres Quesada -8,5-
37 La torre vigía de Ana María Matute -6-
38 Confesiones de una máscara de Yukio Mishima -7-
39 El mago de Gene Wolfe -7-
40 Los hijos de Anansi de Neil Gaiman -8,5-
41 La invención de la soledad de Paul Auster -6-
42 El camino del Acero de Andrés Díaz Sánchez -6-
43 Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar -3-
44 Coraline de Neil Gaiman -7-
45 Rihla de Juan Miguel Aguilera -8,5-
46 El hombre duplicado de José Saramago -8-
47 La fábrica de avispas de Ian Banks -6-
48 Leyes de mercado de Richard Morgan -6,5-
49 El círculo de Farthing de Jo Walton -8-
50 La lista sangrienta de P. N. Elrod -6-
51 El candelabro enterrado de Stefan Zweig -9-
52 Soldado de Sidón de Gene Wolfe -7-
53 El Secreto de Rhonda Byrne -6-
54 A vuestros cuerpos dispersos de P. J. Farmer -8,5-
55 Las lanzas de dios de Howard V. Hendrix -5-
56 La novela perdida de Lord Byron de John Crowley -9-
57 Dorada de Lucius Shepard -9-
58 Fragmentos de honor de Lois Mc. Bujold -8-
59 El desierto de los tártaros de Dino Buzzati -9,5-
60 Mysterium de Robert C. Wilson -8-
61 Los ladrones de cuerpos de Jack Finney -6,5-
62 Ls cronolitos de Robert C. Wilson -8-
63 Glass soup de Jonathan Carroll -9-
64 Viaje al fin de la noche de Louis-Ferdinand CELINE -4-
65 Mundos en la eternidad de Juan Miguel Aguilera -8,5-
66 84, Charing Cross Road de Helene Hanff -9,5-
67 El beso de Milena de Paul McAuley -7-
68 Saint Germain. Hotel Transylvania de Chelsea Quinn Yarbro -7,5-


Mención especial merecen El mapa del tiempo, El candelabro enterrado, El desierto de los Tártaros y 84, Charing Cross Road, con los que he disfrutado como un enano. Sin olvidarme, por supuesto, de Jonathan Carroll y Paul Auster: sería otro lector diferente si no estuvieran aquí. Tampoco quiero olvidar nombrar a Dorada, un libro que me ha devuelto la ilusión en un ámbito del que había perdido la esperanza: los Vampiros.

Mención especial, pero negativa en este caso, merecen un par de grandes clásicos: Memorias de Adriano y Viaje al fin de la noche, en los que había puesto grandes esperanzas y que, sin embargo, cada página me acercaba más al vómito. También recordar La isla de Odín (no lo he añadido a la lista, pues lo abandoné a medias), pues si bien no es un mal libro, el tono jocoso en que está escrito no me agradó en lo más mínimo y acabé abandonándolo.

En fin, un año más, no el mejor, en cuanto a lecturas se refiere, pero tampoco el peor.

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