sábado, 27 de marzo de 2010

Señores del Olimpo

Recuerdo que cuando leí "La mirada de las furias" de Javier Negrete, quedé fascinado por la novela, tanto por la historia de ciencia ficción tintada de Grecia Clásica, como por la cuidada prosa de Negrete. Descubrí entonces, un gran escritor que, en mi opinión, demostraba de forma harto original y exitosa unos sólidos conocimientos de lo Clásico. Hay que recordar que Negrete es profesor de griego.
Posteriormente leí "La espada de fuego", primer volumen de la serie de Tramorea, y el alma se me escabulló por la puerta. Me pareció soso y simplón, y si bien es cierto que no todo es lo que parece, pues el segundo libro dicen que es mucho mejor y se cuentan cosas importantes y reveladoras de la trama, no me animé a leerlo. Sé que los amantes de Tramorea son legión en España, pero ¿qué quieres que te diga? a mi no me gustó demasiado, la verdad.
Pero todo cambio cuando Negrete volvió a la mitología y con "Señores del Olimpo" nos sumerge en una magnífica versión de los mitos griegos, algo modificados para hacerlos visualmente más atractivos, pero recomendable a más no poder.

Los gigantes comienzan a organizarse en el Norte. Solicitan nuevas tierras que les son negadas por Zeus. Ares regresa del exilio que se le impuso por su acto de adulterio con Afrodita. Un ser de nombre Tifón dice ser hijo de Cronos y por tanto se erige como nuevo Señor del Olimpo, ante la perplejidad de Zeus y compañía, que tendrán que luchar por lo que consideran les pertenece y les quiere usurpar este advenedizo.
poco a poco todo se irá conjugando y se descubrirá una traicionera trama bien planificada y encubierta con la intención de derrocar a Zeus.

Negrete consigue movilizar diestramente su pluma para narrarnos los mitos griegos de forma altamente épica, si bien es cierto que el estilo utilizado en los primeros capítulos difiere notablemente del de el resto del libro.
En los primeros capítulos se nos narran historias aisladas (al parecer inconexas entre si, pero que se integrarán holisticamente), con un lenguaje épico y arcaico, al estilo de los clásicos, para poco a poco ir adoptando un tono más fluido y novelesco, sin perder por ello su componente heroico. La novelización en si misma es altamente entretenida e interesante, pero los primeros capítulos son una delicia. De haber seguido de esta forma todo el libro no dudo que habría llegado a estar considerado entre los más grandes para los amantes de la épica más clásica.

Javier Negrete consigue recrear de forma magistral el período convulso comprendido entre la Titano y la Gigantomaquia, y lo hace accesible visualmente y altamente comprensible para aquellos no demasiado duchos en la materia. Quizás se pueda reprochar que ese gran acierto pueda ser en si mismo uno de los mayores defectos, ya que las invenciones del autor y las inclusiones de otras mitologías cumplen su función en cuanto a efectividad y vistosidad de la obra, pero pueden llegar a confundir a un lector neófito que crea a pies juntillas en estos hechos como mitología griega original, aunque es cierto que el apéndice añadido por el autor al final de la obra es sumamente interesante y aclaratorio en este punto.

Los personajes están realmente bien definidos, llegando a suscitar diversas emociones en la mente del lector, que no dudará (al menos yo no he tenido reparos) en tachar a alguno de odioso, engreído, penoso o simpático, y cobrando especial relevancia (como no podía ser de otra forma) Zeus, monarca de los dioses y, a mi parecer, pedante, orgulloso, egoísta y absolutista por definición. Negrete hecha mano de un gran acervo de personajes y entre los dioses, titanes, cíclopes, deidades menores y sus relaciones genealógicas acabará formándonos un buen lío para recordar quien era hijo de quien y hermano de cual.
El autor deja patente la relación existente entre dioses y humanos con la oligarquía de los primeros, que pueden hacer lo que les venga en gana sobre los segundos sin importarles lo más mínimo su opinión ni reacción.

El argumento general y la conjura están muy bien urdidas y aunque en ciertos momentos se ven venir los derroteros que tomará, la alternancia de episodios entre las diferentes líneas argumentales hace que la lectura no esté exclusivamente politizada por dicha conjura interna y que abarque diferentes registros a cual más entretenido. En este sentido, hay que aplaudir las escenas bélicas, en las que Negrete saca a relucir su buen hacer en el terreno más épico y heroico posible y que nos harán disfrutar de lo lindo.

En definitiva, una novela altamente recomendable, bien escrita, muy entretenida y educativa, capaz, al menos, de aportar una visión general a los mitos griegos.
¡Leedla! ¡Disfrutadla! Y ya me contaréis.

miércoles, 17 de marzo de 2010

El juego de las maldiciones

Primera novela que escribió Clive Barker, primera novela suya que leo, y la verdad es que me ha sorprendido gratamente, pues me esperaba algo más parecido a sus películas, con vísceras, sangre y viscosidades reptantes por todas partes y no ha sido del todo así. He de reconocer que no soy fan del gore y, en general, tampoco demasiado del terror.

Marty Strauss es un preso al que se le ofrece una oportunidad de oro: la libertad condicional a cambio de ejercer de guardaespaldas de uno de los hombres de negocios más importantes del mundo. Por supuesto, no lo rechazará.
La mansión Whitehead se convertirá en su nueva casa. Allí conocerá a los otros miembros del servicio, a personas de confianza del señor Whitehead; volverá a saborear la libertad y se enamorará de Carys, la drogodependiente hija de Joseph Whitehead. Pero descubrirá también el grado de depravación de Whitehead y un peligro acechante más allá de toda lógica.

Clive Barker utiliza un lenguaje bastante descriptivo pero directo que facilita la lectura, con un buen control del ritmo y de la tensión escénica consigue crear un atractivo símil moderno del Fausto de Goethe.
La novela está impregnada de un aura de terror más patente que presente, pues si bien lo vamos percibiendo poco a poco y vamos intuyendo un posible significado al misterio,
son pocas las escenas que infunden un terror real en nuestra mente, que no en nuestro ánimo, aunque he de reconocer que la escena de la mujer de Toy, convertida en un maniquí viviente de músculos y sangre, hablando por teléfono es estremecedora.
Los personajes están bien definidos, principalmente Breer, que me ha acogotado y de quien no esperaba su final.
* Marty: El presidiario que intenta aprovechar su libertad y se enfrentará a lo inexplicable.
* Carys: La hija de Whitehead. Drogadicta que ha adquirido el sobrenatural talento de percibir y encontrar los pensamientos de las personas.
* J. Whitehead: El jugador. Arquetípico hombre de negocios sin escrúpulos, responsable incluso de la drogadicción de su propia hija para tenerla controlada. Uno de los personajes más importantes y, al fin y al cabo para mi gusto, el menos interesante y más prescindible de todos.
* Bree: El último de los Tragasables. Sádico asesino. psicópata en comunión con la muerte. Fascinante.
* Mamoulian: El Mefistófeles o ¿Fausto? de nuestra historia. El príncipe de las mentiras. poseedor de enormes poderes sobrenaturales busca vengarse finalmente de Whitehead.

Barker nos va guiando poquito a poco a través de interrogantes y cejas alzadas. Damos un paseo a través de escenas misteriosas y, en algunos casos, escabrosas sin entender enteramente el porqué de todo esto. Cuando por fin conocemos la verdadera historia del Europeo, no es ni de lejos lo que nos habíamos imaginado (por lo menos en mi caso), ya que Mamoulian, la encarnación del mal, no es... y hasta aquí puedo leer como diría cierta famosa presentadora.

Pero no sólo el terror y el misterio hacen de ésta una buena novela. Desde un punto de vista narrativo son varios los elementos interesantes: la línea amorosa formado por Marty y Caris; la dualidad sumisión-odio de Breer hacia Mamoulian; El enfrentamiento definitivo entre Mamoulian y Whitehead en el que este último, inundado de miedo, sigue pretendiendo "engañar al demonio", mientras que el primero busca el cobro de una antigua deuda.
Interesante es también el ataque hacia los fanatismos religiosos por medio de la inclusión de los iluminados (dos jóvenes y fanáticos creyentes convencidos de la proximidad del fin del mundo) que ayudarán a Mamoulian.

En definitiva, una buena novela que mantiene la tensión en todo momento y nos hace gozar de entretenimiento y buenas dosis de terror psicológico. La única pega que pondría sería la de que echo en falta saber más sobre la historia del Tragasables pero, en fin, no se puede tener todo.

viernes, 5 de marzo de 2010

Seda

Cuando terminé este libro lo primero que me vino a la cabeza fue "Pequeño gran hombre", aquella película que interpretaba un jovencito Dustin Hoffman. ¡Menuda tontería!, ¿verdad?, pero es que el libro que comento es en realidad, un Pequeño gran libro.
Pequeñísimo, porque se lee en un suspiro. De hecho, no es una novela sino un relato largo o una novela muy corta.
Gran libro porque deja grandes recuerdos e imágenes que tarda en desaparecer de la mente.

Hervé Joncour es un joven comerciante de seda francés. El negocio de la seda presenta diversas dificultades, debido a la delicadeza de la materia prima y Hervé es elegido comisionado por los los comerciantes del pueblo para viajar a Japón a conseguir más huevos de gusanos de seda. Allí se enamorará de una muchacha, de una mirada. Este sentimiento se hará más fuerte que su mujer o su propia vida y volverá a realizar el viaje cuantas veces pueda, incluso en los convulsos tiempo de guerra que atravesará Japón.

Como ya he comentado, Seda se lee muy rápido debido a dos factores:
1) Está estructurado de forma minimalista, en 65 capítulos muy breves, en algunos casos no más de un párrafo.
2) Alessandro Baricco utiliza un lenguaje simple pero florido, casi musical que, junto con la estructura mencionada, se va deslizando como la seda del título por tu cabeza y sin apenas darte cuenta se consuma como una bella pieza de orfebrería.

Baricco utiliza una prosa en la que no se ahonda demasiado en los pensamientos de los personajes. Es, en cambio, una obra de sentimientos, de emociones, de pasiones veladas y encontradas. Este punto hace que, quizás, los personajes en sí pasen a un segundo plano y nos centremos realmente en la propia historia, en los sentimientos percibidos y en los escondidos, en las miradas sutiles y sobre todo en lo no dicho, los anhelos susurrados y el eterno sufrimiento que depara el amor.
Efectivamente no se trata tan sólo de una novela de viajes, en la que el protagonista entabla conocimiento de otras culturas, ni tampoco de una simple novela de amor, aunque este sea el elemento principal de la misma. Es la historia de un amor a tres bandas: el amor por la finura de la seda; el amor ciego y alocado por lo exótico; y el amor de quien te ama por encima de todo. Es una novela sobre un deseo patente, el anhelo de la fruta prohibida que te inunda de sensaciones el paladar, aun antes de haberla probado y, siempre por encima de la permitida y alcanzable.
Pero no será hasta el final que todo esto cobre pleno sentido y como un capullo de rosa se abra a la mente del lector, hasta el momento en que una preciosa y sensual carta de amor nos despierte a la plena conciencia de lo sucedido en estas pocas pero deliciosas páginas.

En cuanto a, si merece o no el gran éxito recibido no sé que decir, no me atrevo a valorarlo. Ha habido algún momento durante su lectura que me han parecido demasiado simple o soso, pero poco a poco se ha ido conformando una maravillosa imagen en mi mente, hasta el final, en que sonreído y suspirado. Venga, vale, llamadme cursi (aunque el libro no tiene nada de cursi, en mi opinión). Éxito grandioso merecido: NPI, a mi me ha encantado y lo recomiendo a todo el mundo Ni más ni menos.

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