viernes, 24 de septiembre de 2010

El Círculo de Jericó


Hace ya más de un mes que terminé este libro, pero es que no me apetece mucho escribir, la verdad, lo siento, deben ser los efluvios de llevar ya casi medio año a doble jornada laboral, y se me quitan las ganas de to’.

En fin, no suelo leer mucho relato, craso error, lo reconozco, pero había leído varias buenas críticas sobre Cesar Mallorquí, así que me embarqué en la lectura del Círculo de Jericó. He de reconocer que esperaba mucho más, pero aún así ha sido un gran aperitivo que me sitúa en la senda de alguna novela más extensa y ambiciosa de Mallorquí.

Un escritor y su familia, durante una excursión por Gerona, deciden visitar el cono volcánico de Santa Margarita. Allí los sorprenderá una tormenta y se guarecerán de ella en una cabaña abandonada, donde conocerán a un variopinto grupo de personajes que han corrido la misma suerte que los y dicen pertenecer a un club llamado “Círculo de Jericó” cuya misión es la de contar historias sobre situaciones perniciosas que podrían ocurrir de tal modo que, siguiendo el famoso dicho de los deseos personales, “si lo cuentas no se cumple”, puedan evitar el peligro que supondría para la realidad la constatación fáctica de dicha historia.De esta forma este hilo conductor une a modo de fix-up diversos cuentos que poco o nada tienen que ver entre si y que salen de la boca de cada uno de los integrantes del misterioso Círculo.

  • El escritor, la muerte y el diablo es una nueva versión de la manida historia de pactos con el diablo, solo que en clave de humor y mezclando el ansia de todo escritor por ser famoso con un diablo de la era de la informática.
  • El rebaño es una hermosa historia en la que tras la destrucción de la humanidad, las cosas continuan funcionando por si solas durante un tiempo. Dos líneas argumentales, en la figura de un perro pastor y un satélite ponen la nota sentimental y filosófica del cuento.
  • El mensaje perdido es, quizás, el peor cuento de la colección: Una comunicación alienígena interfiere por error en el cerebro de un recien nacido. El impacto de este rayo cósmico le abrirá la menta hacia una superconciencia que lo convertirá en la mente más poderosa del planeta.
  • La pared de hielo: una multinacional de la bioingeniería prepara un proyecto ultrasecreto con el que pretenden manipular la mente de los hombres, para ello utilizan un conejillo de indias ignorante de este hecho. Lo que podría ser un avance importantísimo en la historia de la humanidad se convierte en la persecución de un interes personal.
  • Materia oscura: Un antropólogo viaja al amazonas para estudiar a una tribu de la que no se sabe practicamente nada. Considerada como una tribu sin motivo alguno para existir, el investigador acabará comprendiendo en sus propias carnes que sin esta tribu el universo no sería tal y como lo conocemos.
  • El hombre dormido: El descubrimiento de un tipo de ondas mentales producidas durante el sueño desconocidas hasta ahora pondrá en marcha un proyecto científico para su aprovechamiento. El resultado será completamente imprevisto y catastrófico para la humanidad.
  • La casa del Dr. Pétalo: Una de las historias estrella de la colección. Novela corta más que cuento y de hecho, finalista del UPC 1993. Trata sobre una casa que desafia los límites del tiempo y espacio y en continua expansión, pues se anexiona estancias de diferentes lugares y épocas. La intención de su dueño de incluir el salón de la casa de la protagonista acabará convirtiéndose en una moderna versión de la bella y la bestia. Aunque así explicado tal vez resulte algo soso, he de reconocerlo.

Cesar Mallorquí emplea una técnica narrativa muy efectiva. Sin emplear un lenguaje ampuloso ni rebuscado (de hay la frase del principio de que esperaba más) consigue dar los golpes d efecto necesarios para que las historias enganchen y resulten facilmente imaginables. El buen ritmo predominante durante toda la obra y el evidente talento como narrador de Mallorquí hacen de esta recopilación una obra muy amena e interesante.

La muestra que nos ofrece Mallorquí es muy ecléctica en su contenido y aunque, en conjunto, es merecedora de un notable, es cierto que presenta serios altibajos, con cotas muy altas, como en el caso de “El rebaño” o “La casa del Doctor Pétalo” que me han parecido auténticas obras de orfebrería, pero también muy bajas, como en el caso de “El hombre dormido” o “El mensaje perdido”, con el que el autor se adentra en una doble línea temporal pero pareja que, como elemento experimental es interesante, pero no ha acabado de convencerme.

Lo que sí es cierto es que consigue hacernos reflexionar en todos y cada uno de ellos, pues toca puntos tan dispares y afines al ser humano como la ambición por el poder, el deseo de superioridad, la realidad escondida tras lo percibido, la soledad, el miedo a la soledad; o tan literarios como los contactos extraterrestes, la venta del alma, la superioridad de las máquinas o las puertas dimensionales.

A mí, personalmente, me ha gustado.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El misterio de la casa Aranda


Victor Ros es un joven y brillante detective que hubiera tenido una también brillante carrera delictiva de no haber sido retirado de las calles por el sargento don Armando. Ahora, años después, famoso por haber desactivado una célula terrorista en Oviedo, regresa a Madrid con motivo del funeral de su querido padrino.
Al llegar se encontrará con un caso que le parecerá muy interesante: la muerte de varias prostitutas con el mismo modus operandi denota que probablemente se encuentre ante un asesino en serie. Al mismo tiempo, un segundo caso, esta vez realmente misterioso le cae encima de la mesa. Una mansión donde una joven aristócrata acaba de intentar matar a su marido tras leer unas frases de La divina comedia, algo que ya sucedió con varios inquilinos anteriores. Esta vez, su interés será mayúsculo, no sólo por lo insólito del caso, sino por que la casa en cuestión, la mansión Aranda, pertenece a la familia de la joven de quien se ha enamorado a pesar de saber que es inalcanzable debido a sus diferentes status sociales.

Primera incursión de Jerónimo Tristante en este género. No está mal. No es que sea una gran obra, pero es una novela agradable y amena que se lee con soltura y rapidez. Tristante emplea un lenguaje llano pero muy eficaz que nos hace avanzar por la novela sin perder comba y moviéndonos por dos casos que resultan muy interesantes, uno con tintes de misterio sobrenatural y otro de menor estofa, pero más sentado en el suelo, y del que sólo cuenta con un par de pistas. En ambos casos el subinspector Ros descubrirá que se remontan a muchos años atrás. Ambos casos, como digo, son interesantes, pero resultan muy previsibles.
De este modo, el Inspector Ros es una suerte españolizada de Sherlock Holmes, con su Watson particular en la figura del inspector Don Alfredo Blazquez, y que realmente ofrece mucho más de lo que da, pues a pesar de presentarse con un inicio brillante, con varias deducciones que nos sitúan en la senda de una investigación al estilo del célebre detective de Baker Street, poco a poco se va apagando y sus deducciones se vuelven bastante simples, a pesar de que maravilla a todos cuantos rodea y de que cuenta con la tutela de Don Alberto, Conde de Razes y que parece un antepasado español de Grissom. Resulta de hecho incongruente y chocante cómo, cada vez que Victor Ros cree haber descubierto una pista importante corre a contar todo lo que ha averiguado a los sospechosos, y no tan sospechosos, en un alarde, para mi gusto, de extrema idiotez.

En la misma línea, los personajes son bastante simples y resultan estereotipados para una época en la que las categorías sociales delimitaban el trato entre personas, y resultan sosos y anodinos en general.

El retrato de esta sociedad madrileña y el marco ambiental constituye el punto fuerte de la novela, plasmando acertadamente los entresijos de una degenerada clase alta a la que no le preocupa lo más mínimo lo que pueda sucederle a la plebe, y consiguiendo de forma exitosa marcar las delimitaciones existentes entre los diferentes status, al tiempo que nos da un interesante, aunque un tanto escaso, paseo por las calles más emblemáticas del Madrid del XIX y nos acerca a una corrida de toros y a alguna que otra fiesta social.

La verdad es que hoy me quedo corto, no tengo más que decir. En definitiva, una novela simple, sin pretensiones, pero perfecta como lectura de verano. No digo que sea mala ¡ojo!, se lee de un tirón y es entretenida, para muchos eso es suficiente.

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