domingo, 27 de marzo de 2011

El viaje de Hawkwood

El viaje de Hawkwood es uno de esos libros que, en primera instancia, no llaman la atención. A mi modo de ver, tanto el título como la portada resultan algo anodinos, dicen poco y cuando los ves en la estantería, pese a saber de la calidad inherente a los libros de Alamut, siempre hay otros que llaman más la atención, y esto no es sino un error, pues el contenido supera con creces estos, para mí, pequeños defectos.
Como sabéis, las venta de esta saga, tras publicar los dos primeros títulos, no invitan a continuar publicando la serie, algo que, Luis G. Prado, editor de Bibliopolis/Alamut, comenta y analiza en su blog, habiendo primero pedido sugerencias a los lectores para no dejar colgada esta serie y , finalmente, optando por poner en marcha una idea bastante buena en mi opinión, en la forma de suscripciones a la serie. Lo podéis ver en la siguiente entrada:
Realmente espero que termine solucionándose, ya que, una vez leído, me afianzo en la idea de comprarlos a toda costa, pues me parece una saga con muchísima calidad. Yo ya estoy en sus garras, si esta reseña sirve para convencer, aunque sólo sea, a una persona más, me daré por satisfecho.

Aekir, la ciudad más importante de la civilización ramusiana (cristiana) a caído a manos de las hordas merduk (musulmanes). Otrora emblema de la cultura y la fe para los cinco estados que conforman las monarquías de dios es, ahora, pasto de las llamas y sus habitantes han sido pasados a cuchillo. Tras esta gran victoria, los merduks se dirigen a Torunn buscando el mismo fin, pero para ello tendrán que superar el dique de Ormann, un baluarte hasta ahora inconquistable.
Entre los supervivientes de Aekir, Corfe, único soldado vivo tras la contienda, y un sacerdote ciego que dice ser Macrobius, máximo mandatario espiritual de la religión ramusiana, se dirigen también hacia Torunn.
Mientras, en Abrusio, capital de Hebrión, el prelado Himerius está llevando a cabo una puga sagrada contra los practicantes de Dweomer (las artes mágicas, ya sean mayores o menores), algo a lo que se opone Abeleyn, el rey, por lo que ante el inusitado poder de la iglesia y, temiéndose lo peor, enviará una expedición capitaneada por Richard Hawkwood y el noble Murad hacia un nuevo continente inexplorado que dice existir al oeste.
Por otro lado, ante la muerte del Padre de la iglesia (Macrobius), los altos prelados de la misma se reunen en cónclave para nombrar a un nuevo líder espiritual. Una oportunidad que Himerius no está dispuesto a desaprovechar.

La novela comienza narrando un hecho acaecido 500 años antes de los actos narrados en la novela. La llegada de un barco a la costa. Un barco en pésimas condiciones, en estado de naufragio con un único pasajero a bordo. Unos ojos amarillos y una fiereza que han acabado con los miembros de la tripulación y acabarán con sus supuestos salvadores.
Una escena corta y que termina de forma abrupta, pero que siembra la idea de que el viaje va a ser movidito y habrá que apretarse los cinturones. Tras el primer capítulo propiamente dicho de la novela, parecerá que el prólogo era baladí, pero nada más lejos de la realidad, porque a medida que avanza la obra empezaremos a ver las implicaciones de este suceso que tiene muchos visos de repetirse en la actualidad, al tiempo que a medida que pasamos las páginas iremos viendo que los hilos argumentales abiertos por el autor van conformando un abanico que difícilmente podrá cerrar en una novela de apenas 350 páginas.
El estilo de Paul Kearney, pese a ser correcto, directo, agradable y de fácil lectura, parece no haberse consolidad todavía, y presenta vaivenes en su forma, ya que nos encontraremos escenas descritas como de pasada, con poca información y escasamente detalladas y, en cambio, otros pasajes con una profusión de detalles que raya en la maestría, como pudieran ser las escenas narradas a colación de la vida marítima, donde a Kearney se le ve muy a gusto y se observa que es una verdadero maestro en la materia y no pretende ahorrarnos las penurias que deben pagar los marinos en alta mar, ni siquiera al describir los perores momentos en la vida de los desgraciados y jóvenes grumetes. Su prosa no hace alarde de retórica ni hay momentos especialmente bellos en su descripción, pero la sobriedad de su pluma, unido a una trama cuyos hilos van formando un telar y que plantea cada vez más interrogantes, presenta detalles de calidad como para que nos mantenga lo suficientemente intrigados y entretenidos y, en definitiva, consigue que la novela resulte muy agradable y se nos haga verdaderamente corta.

El ritmo de la novela es ágil y rápido, algo que se verá acentuado por que las subtramas van saliendo a lo largo de la novela de una forma bastante rápida y sin rodeos y, así, de ka destrucción de la más importante ciudad, observaremos la rencilla entre Abeleyn e Himerius; la intención del sultán de Ostrabar; el destino de Heria, la mujer de Corfe; la pesadumbre que embarga a Corfe; la purga que pretenden hacer los sacerdotes inceptinos en las monarquías; el viaje de Hawkwood, un viaje cuyos pasajeros son practicante de magia y, en el que el peligro no sólo se encuentra en el mar, sino que acecha dentro del barco, como podremos ver el las propias subtramas que subyacen a un viaje que durará meses y en el que el mundo se reduce a una pequeña embarcación.
Por otro lado, la narrativa de Kearney se basa en hechos históricos como los acaecidos a finales del siglo XV (con la caída de Bizancio y el descubrimiento de América) pero que al estar mimetizados con tintes fantásticos puede pasar perfectamente por una novela de fantasía al uso, sin necesidad de conocimientos históricos que nos ayuden a sobrellevarla.
Así, hay varios putos de especial interés en la novela, como por ejemplo: el contraste que ofrece un imperio en el que la pólvora comienza a ser un elemento importante contra otro al que dicho descubrimiento aún no ha llegado, lo que resalta muy bien un cambio de era, el fin de las tradiciones con la llegada de la modernidad, un cambio en la conciencia del mundo; el hecho de unir dos fuerzas antagónicas, como la religión y superstición frente a la magia en un viaje por mar que durará un largo tiempo; o el sistema mágico, dweomer, dividido en siete disciplinas que abarcan desde los más complicado y mágico desde un punto efectista, hasta lo más simple, como en conocimiento de las hierbas, con la inclusión del uso de estas disciplinas por los cambiaformas, los cuales utilizan la forma pura del poder. Aunque es cierto que no está del todo bien definida, y de momento, es una introducción a un sistema mágico, se puede percibir que el poder es un ente vivo que consume las energías del mago para poder realizar sus sortilegios, y en el que ya se observa que abundan los familiares (tanto en la forma de animales, como de seres con más esencia mágica, como los duendes); y la posibilidad de entablar contacto con seres de esencia mucho más oscura.

En cuanto a los personajes se puede decir que están bien definidos, pero no completamente desarrollados, pues se empiezan a ver detalles de relevancia que irán siendo más importantes en lo siguientes títulos, como: la ambición de Himerius; el intento de gobernabilidad por encima de todo de Abeleyn; la autopenitencia a que se somete Corfe, quien debo decir que es mi personaje favorito y quien considero que está mejor desarrollado, pues su evolución si es palpable, al observar el amor que siente por su mujer y el continuo sufrimiento al que se autosomete al sentirse un desertor; la fuerza de Hawkwood y su perseverancia; entre otros.

La novela termina dejándonos con ganas de más, pues nos encontraremos con la expedición de Hawkwood poniendo pie en un nuevo continente; con los merduks preparándose para una nueva campaña; con un cónclave de reyes que echa chispas; y con un cisma religioso.
Todo ello hará aflorar nuestro interés y desear no perder tiempo en leer la nueva entrega.

En definitiva, una muy buena novela épico-fantástica de reminiscencia histórica, urdida con el aromático perfume del misterio. Como he dicho, una buena novela, una buena causa a apoyar, que cuenta entre sus virtudes, la de ser una saga completamente terminada, únicamente a la espera de traducción.

sábado, 19 de marzo de 2011

Mihai. Mi historia junto a un strigoi

Hacía tiempo que no leía nada de vampiros, y el título de esta novela me pareció lo suficientemente sugerente como para una historia de vampiros clásica, o eso pensaba, y decidí leerla.
Reconozco que la reseña me ha resultado un poco difícil de escribir pues, si bien la novela no es lo que esperaba y le he encontrado muchos puntos negativos, el resultado final ha sido satisfactorio.

Texto de contraportada
Una mujer strigoi, Marietta, ha dado a luz a varios hijos sin que se sepa quién es el padre, pero será asesinada por sus enemigos y más tarde resucitará con la ayuda del padre de Mihai, su último descendiente. La escena de la resurrección será presenciada por Iván, uno de sus hijos, aunque de distinto padre, quien a partir de ese momento odiará a Mihai, su hermano, y posteriormente se aliará con Dimitri, uno de los mayores enemigos de los strigoi.
Mihai será educado por la hermana de la madre y su marido, quienes tienen buen cuidado de que no se sepa quién es él realmente para así preservarlo. Con el tiempo, el niño crece y acabará matando a sus tíos, además de participar en dos acontecimientos históricos: la Revolución Francesa -Mihai conoce a María Antonieta y predice su muerte-, y la II Guerra Mundial, llegando a beber la sangre de Hitler.

A ver, por un lado, empecé a leer la novela, y llevaba 50 páginas cuando no había visto nada especial. Sólo veía puntos negativos como, por ejemplo, el hecho de que Mihai se alimente exclusivamente de malhechores, algo que me parece ya muy visto para intentar aparentar cierto grado de humanidad en un vampiro; y, si no hubiera sido porque la novela se lee de un tirón, tal vez no la habría acabado, en cuyo caso, habría errado.

El estilo de Macu Marrero Lemes es seco y directo, sin concesiones, y ofreciendo toda la crudeza cuando es necesaria y toda la sensibilidad si se requiere, pero adolece de ciertos defectos de carácter gramatical, con algunas faltas de ortografía, voces cambiadas de algunos personajes y, en alguna ocasión, falta de coherencia gramatical a lo largo del texto. La técnica narrativa que utiliza Macu Marrero en este libro se convierte en un arma de doble filo, pues es realmente arriesgada y hay que ser un experto para dominarla a la perfección. La autora estructura el libro en muchos capítulos cortos que comprenden tres líneas temporales diferentes y que se entrecruzan entre sí para dar sentido y explicación a cada una de las otras dos. De este modo, los capítulos van saltando entre el pasado y el presente así como entre unos personajes y otros continuamente, mezclando los hechos entre sí en diferentes marcos temporal consiguiendo confundirme hasta que he sido capaz de asimilar tanto salto seguido. Complica más la cosa el hecho de que las elipsis no están bien ejecutadas, de tal forma que en varias ocasiones son necesarios algunos segundos de reflexión para poner en orden las ideas. Pero decía que es un arma de doble filo, por que este método tan arriesgado, no perfectamente ejecutado, acaba dando sus frutos, pues una vez has entrado en esta dinámica la aceptas como Norma y entras en el juego, observando que, si bien no se trate de una historia de vampiros como esperaba, si es realmente original, pues a través de pequeñas pero infinitas pinceladas va creando un mosaico donde cada pieza encaja en un tapiz aún mayor. Un tapiz donde el abuso y el maltrato a la mujer están muy presentes, donde no siempre cada uno escribe su destino, a veces otros lo escriben por ti. Un tapiz donde la libertad tiene un precio y donde la prisión puede otorgar una eterna libertad.

Una vez salvado el escollo de la elipsis se puede observar que la trama está bien urdida y que la autora ha utilizado la mitología rumana y eslava pervirtiéndolas en su propio beneficio para crear
una mitología oscura pero modernizada. Así, los strigoi, que en la mitología rumana son las almas de los muertos que se levantan para atormentar a los vivos, se han convertido en algo superior a los vampiros a que estamos acostumbrados. Ambos, strigoi y vampiros, mantienen una lucha encarnizada por el poder, valiéndose de los humanos a su antojo y buscando un objeto de poder, una mandíbula prehistórica que otorga un poder que poco a poco se va entre viendo y, habrás de descubrir por ti mismo si te interesa. En este punto, tal vez, pondría alguna objeción en cuanto a los capítulos históricos de María Antonieta o Hitler, los cuales me parecen traídos por los pelos para hacerlos encajar en la trama. Una trama que como he dicho se va volviendo más interesante a medida que avanza la novela y vemos como el paso del tiempo no es más que la manipulación a que strigoi y vampiros someten al humano en sus juegos políticos para obtener la mandíbula, hasta que inevitablemente aparece el amor en la vida de Mihai. Un amor verdadero que los hará sufrir, a ambos, y en distinta medida.

En cuanto a los personajes, decir que están, en general, suficientemente bien desarrollados como para sentir cierta empatía y afecto por un ser que no lo merece, como Mihai; un odio atroz por Dimitri, ya desde su primera aparición en escena; y, habiendo sido Lorraine, la co-protagonista junto con Mihai, el personaje que menos me ha hecho sentir, será porque estoy un poco harto de los amoríos entre adolescentes y vampiros pero, aunque observo que Lorraine arrastra una carga emotiva y social mayor y expele cierto aire de fatalidad, no me ha hecho sentir demasiado, al menos por el momento.

La novela queda completamente abierta para su continuación, dejándonos a Lorraine en Londres, apartada de Mihai, y sin poder salir de Inglaterra, pues ya se ha convertido en Strigoi (y que conste que no descubro nada que no se sepa desde el principio), y con Mihai en estado de letargo (no está muerto, pero ha quedado paralizado y necesita tiempo para poder recuperarse). Si incluimos que el padre de Mihai, convertido en un ser repulsivo y encerrado en una pecera está en poder de los vampiros, y que el actual estado de Mihai es obra de los familiares de Lorraine en un intento de protegerla, tenemos todos los ingredientes para pensar que la continuación de esta novela puede ser muy interesante.

En definitiva, una novela que gustará al publico enamorado de las actuales corrientes vampíricas, aunque no creo que esa fuera la intención de la autora. Considero que no es una novela redonda, de hecho presenta ciertas carencias, pero, en mi caso, me ha gustado lo suficiente como para que me haya picado el gusanillo de querer leer la segunda parte, y eso ya me parece algo digno de elogio.
No puedo acabar sin agradecer a Ediciones Atlantis, el que me lo haya hecho llegar.

lunes, 14 de marzo de 2011

Sherlock Holmes y los zombis de Camford

Reconozco que tenía mis dudas frente a este título y me había creado expectativas enfrentadas. Por un lado, el mundo zombie no me apasiona, de hecho, no me llama para nada la atención, y el ver que se aprovechaba la figura del genial detective para sumergirlo en esta temática me resultaba, en un principio, una burda forma de aprovecharse de la moda e intentar ganar dinero; pero por otro lado, había leído algún dato acerca del autor considerándolo un experto en torno a la figura de Holmes, por lo que me intrigaba el ver como hacía encajar las piezas del puzzle para que los muertos vivientes tuviesen cabida en la hiperracionalidad de Sherlock Holmes. No sé por qué, pero me daba en la nariz que no sería la típica novela de muertos recién salidos de sus tumbas, corriendo desharrapados, mugrientos y putrefactos en persecución de los vivos para comerse sus cerebros. Finalmente me pudo la curiosidad y, este presentimiento, hizo que lo solicitase a Dolmen para reseñarlo, a quién debo agradecer su envío.

Sherlock Holmes ha decidido retirarse y está preparando la mudanza de Baker Street a una casita que ha comprado en la campiña inglesa, cuando un antiguo conocido, el detective Barker de Scotland Yard, le solicita ayuda en un caso, pues tiene conexión directa con el último caso que siguió Sherlock, El caso del hombre que reptaba. Por ello se acercarán a la zona universitaria de Camford (un remedo de las académicas Cambridge y Oxford) para localizar al posible comprador de un brebaje rejuvenecedor. Hay que añadir que el Dr. Watson acaba de contraer nupcias, por lo que, en está ocasión, no podrá acompañar a Holmes y, en su lugar, lo hará el joven expresidiario Otis Mercer.

Hay que decir que he descubierto en Alberto López Aroca a un verdadero conocedor de la obra de Conan Doyle, ya que utiliza registros y recursos muy similares a los del célebre escritor y a los de su personaje para sacar un buen partido a su pluma. De este modo consigue una novela ágil y dinámica que invita a avanzar rápidamente y en la que me da la sensación de que la historia se sucede de igual manera incluso sin las magníficas deducciones de Sherlock Holmes. Quiero decir con esto, que me ha dado la impresión de ser en realidad un guión predeterminado en el que se ha incrustado al genial detective de Baker Street para dotar a la obra de un mayor disfrute y un punto de vista más racional frente a la irracionalidad que representan los zombis del título. Pero que nadie considere esto como una crítica negativa, no lo es; al contrario, le aporta un equilibrio necesario para este tipo de obras. Un equilibrio que se consigue también con la inclusión como narrador de Otis Mercer, que le otorga, dentro de la corrección y requerida, por supuesto, un aire de sagacidad más gamberra frente a la seriedad habitual aportada por el Dr. Watson.

La elección del caso escogido es también un gran acierto de López Aroca, pues Conan Doyle dejó el caso del hombre que reptaba lo suficientemente abierto como para buscarle explicaciones más firmes, que es lo que ha hecho el autor al desarrollar más extensamente el viejo caso y, poco a poco, nos iremos introduciendo en una trama de
muertos vivientes bien llevada, para mi gusto. Zombis creados mediante un líquido revitalizador y que en lugar de correr a devorar gente permanecen en un estado de letargo catatónico hasta que se los toca, momento que utilizan para atacar: Me parece muy inteligente este punto pues, para mí, que no soy lector de este tipo de literatura me parece mucho más plausible el que permanezcan inactivos mientras no tengan energía que gastar (tal vez sea una gilipollez, no lo sé, pero me gusta pensar eso y ya he dicho que no suelo leer novelas de zombis, por muy de moda que estén). Esto hace que este apartado me haya resultado mucho más interesante que con el arquetípico zombi al que estamos acostumbrados.

Pero entre estas bondades, si algo tiene de bueno la novela que comento, por encima de todo, es el hecho de ser un impresionante conglomerado de referencias. De tal modo que el autor embarca en su obra a importantes figuras de la literatura, los comics o el cine, como Kelly "Ojo mágico", el Dr. Jekyll, el hombre invisible, Allan Quatermain, King Kong, Zarpa de acero, etc., homenajeando a autores como H. G. Wells, R. L. Stevenson, H. R. Haggard o Alan Moore entre otros grandes creadores de monstruos y fantasías, y logrando una caleidoscópica lectura donde el mayor placer para el lector será el de intentar encontrar y reconocer los guiños con los que el autor ha ido salpicando cada página de la obra. Para este cometido, además de la propia lectura de la novela, López Aroca ha incluido un apéndice que hará las delicias del lector, extendiendo estas referencias más allá de lo necesario y añadiéndoles, en muchos casos, una vis cómica muy de agradecer.

En definitiva, una buena novela, recomendable para todo el mundo, seas o no fan de Sherlock, pero no tanto para aquellos que ansíen, por encima de todo, vísceras y hemoglobina a raudales.

miércoles, 2 de marzo de 2011

La guerra por el norte

Un continente con dos estados: Misinia y Aukana. Un continente donde un rey quiere ser recordado como el rey más grande de la historia de su reino y, donde, el otro quiere ser aceptado, querido y aclamado por su pueblo. Un continente donde un ducado presenta signos de rebeldía. Donde una orden religiosa ha cobrado demasiado protagonismo y amenaza en poder a las monarquías. Un continente donde se persigue a aquello que tienen poderes mágicos. Donde la antigua raza de los Navegantes Kudaw permanece apartada. Todos juegan sus bazas, pero algo nuevo y poderoso se acerca.
La guerra por el Norte ha comenzado.

Guillem López posee un estilo altamente descriptivo, sugerente y muy cuidado, pero contrariamente a lo que pudiera parecer, es muy ágil y fácil de leer, pues consigue crear el toque justo de tensión en cada capítulo parar hacernos correr en pos del siguiente. A mi modo de ver, domina la técnica narrativa de tal modo que, a las pocas páginas, una trama que no sabes por donde va a salir, ya te tiene enganchado.
Comenzaremos viendo a una muchacha, odiada por su padre, pero con asombrosos poderes, que ha de huir de su pueblo por esta habilidad; continuaremos con un cónclave de monjes guerreros con el que nuestra sangre comenzará a hervir; y continuaremos conociendo a dos reyes que buscan la misma gloria pero por distintos motivos; con la aparición de otro joven de extraordinarios poderes, la partida estará organizada y, a partir de este momento, cada uno jugará sus cartas y el maquiavélico juego de traiciones y esperanzas habrá dado comienzo. Nos veremos así metidos de lleno en varías líneas de acción paralelas, por un lado la de Kali, una muchacha que debe huir y ocultarse, pues es capaz de acumular energía eléctrica en cantidades explosivas y esto es considerado herejía. Lo mismo le sucederá a Eadgard, pero su poder es la sanación y será atrapado por el consejero del rey de Misinia para estudiarlo y torturarlo. Por otro lado nos encontraremos con una
guerra contra un ducado que por medio de la traición se convertirá en una guerra a tres bandas, lo que dará lugar a... bueno lo que sea. De este modo se irán sentando las bases para lo que viene después, algo en apariencia muy grande, pero de lo que no tenemos ni idea, pues en este primer volumen, Guillem López no hace sino eso, poner a cada uno de los peones en su sitio e ir moviendo a las reinas y alfiles por el tablero, en espera de la aparición de los reyes.
Sin embargo, irá desgranando poco a poco los entresijos de la Historia (con mayúsculas) y contándonos hechos y leyendas del mundo de Kanja, que nos hagan partícipes de lo que está sucediendo y nos ayude a entender el porqué de lo que está por venir.

López no malgasta lágrimas a la hora de tratar a sus personajes y, de esta forma, describirá de manera cruda y fatal los horrores de la vida y la guerra, no permitiéndonos encariñarnos con los personajes, pues como en toda gran obra que se precie, los héroes verdaderos no son siempre los que uno se espera y, de tal forma que, los personajes que consideramos cruciales van cayendo muertos como moscas y, no es hasta en las últimas páginas cuando, de verdad, nos damos cuenta de quien son los verdaderos protagonistas. Y nos encontraremos con un final donde nada es lo que parecía, pues las dos fuerzas profetizadas, el Dim Khuram y el Bo Khuram, han llegado, pero a lo largo de la novela han sufrido una mutación, se han transformado en seres conscientes de sí mismos y su poder y, quien parecía uno, ahora es el otro y, quien parecía ser la otra, en realidad es una (tal vez sea demasiado críptico, pero hay que leerlo).
Pues, si bien es verdad que, la trama engancha por sí misma y las líneas argumentales no hacen sino aumentar la tensión y no dejarnos un momento de respiro, los personajes son otro de los puntos clave de la novela. Personajes a mansalva, desarrollados y con un profundo mundo interior. No voy a nombrara todos aquí, pues necesitaría una reseña para cada uno de ellos, pero he de destacar al rey Khymir, un personaje que viene de un continente y una vida diferente, más tranquila y que se ve convertido en rey y cómo es odiado por sus súbditos por ser extranjero, por lo que se ve dividido entre sus ganas por volver a su tierra y el ansia por llegar a ser querido por su pueblo; Earric, un hombre atormentado por su pasado y que se refugia en dios para continuar viviendo; Anair, un inquisidor leal hasta la médula, su lealtad y fe están por encima de todo; Rághalak, un ser perverso que poco a poco se verá que esconde muchos secretos; Trisha, una mujer que cogerá cariño a Kali y no dudará en arriesgar su vida para ayudarla; y por supuesto Kali y Eadgard: Kali, asustada de su poder, se teme a si misma por el peligro que entraña, pero descubrirá que su poder se puede utilizar para ayudar; Eadgard, que se siente débil por su poder es una mierda que sólo sirve para curar a la gente, hasta que descubre que lo puede utilizar para todo lo contrario y el mundo cambia completamente para él. Hay muchísimos más personajes interesantes, pero habréis de descubrirlos vosotros mismos.
Es indudable que además del sentido fantástico se puede observar un sentido humanista en la historia, de tal modo que G. López traza un paralelismo entre la Inquisición y sus cazas de brujas y la religión de Vanaiar y su caza a muerte contra los razaelitas, como seres marginados, perseguidos únicamente por ser diferentes a los demás, independientemente de de lo que hagan o puedan hacer.
Es por tanto una obra llena de matices: religión, política, historia, leyendas, aventuras, acción, traiciones, secesión, conflictos de sucesión, amor y muchas cosas más. Esperemos que la continuación sea tan buena como esta primera parte, pues el autor se ha puesto un nivel muy alto.

Como puntos negativos un par de chorradas. Por un lado la nota comercial de portada indicando que es una novela río. Entiendo que es una forma de atraer a los lectores que siguen a Martin. No sé quién se inventaría, en su día, esta etiqueta, pero me parece una soplapollez. Del mismo modo, no estoy de acuerdo con el parecido con R. Scott Bakker. Es indudable que son fácilmente distinguibles varios referentes del autor dentro de la novela, pero a mí no me parece que Bakker sea el que más destaque en este sentido.
Por último, hecho en falta un buen mapa. La verdad es que el mapa impreso parece una fotocopia mal hecha, en la que se en unas manchas que parecen montañas y unos nombres esparcidos por el blanco de la hoja que indican donde deben estar algunos pueblos importantes. Es un mapa que dificulta bastante el hecho de interpretar bien las distancias geográficas a lo largo de la novela. Menos mal que el autor está subiendo nuevos mapas a su blog (aparece en la barra lateral de mis blogs seguidos, por si os interesa), con lo que este punto queda más resuelto.

En definitiva, que me enrollo que no es poco (la verdad es que la concreción no está entre mis virtudes). Una magnífica novela que me ha enganchado como hacía tiempo no lo hacía ninguna puramente fantástica. Qué puedo decir: tengo muchísimas más ganas de leer la segunda parte de Leyenda de una era que de la archimundialmente esperada Danza de dragones.

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