domingo, 20 de abril de 2014

Viking III: King's man

Me ha costado. Sí, me ha costado por que, al final, leer en inglés resulta mucho más difícil, al ver que el esfuerzo que realizar al leer en un idioma que no es el tuyo, y no dominas a la perfección, requiere una cantidad de tiempo inversamente proporcional a la velocidad de crecimiento de tu biblioteca con títulos en castellano. Son tantos los libros apetecibles en castellano, y tanto el tiempo que me lleva la lectura en inglés, que me da más pereza y dilato su lectura continuamente.
pero bueno, finalmente triné la trilogía y, como no podía ser de otra manera, no me parecía bien dejaos sin la reseña de cierre de la misma.

Esta tercera parte comienza donde terminó la segunda. Con Thorgils como miembro de la Guardia Varega, la guardia de elite del Imperio Bizantino.
Thorgils asistirá al "asesinato" del emperador y será reclutado como espía personal del Santo Obispo de Constantinopla. Con la llegada de un grupo de vikingos comandado por Harald Sigurdsson, pretendiente al trono de Noruega, se deberá enrolar en su equipo siguiendo las órdenes del obispo, lo que le reportará la participación en diversas escaramuzas y batallas, a la toma de Siracusa, a la batalla naval contra los piratas, asistirá al auge y caída de nuevos reyes y al levantamiento en armas de la ciudad.
Como consecuencia de esto acabará huyendo al Norte con el grupo de Harald, donde asistiremos a su vuelta a la tranquilidad de sus tierras, formará una familia e irá envejeciendo al servicio del rey Harald, quien lo llamará alguna vez que otra para cumplir encargos.

Esta parte me ha parecido la más floja de las tres. Como las anteriores, está cargada de escenas y de acción, pero hasta la parte final, la trama es mucho más palaciega y política. Se desvelan los entresijos ocultos entre la nobleza y, pese a los grandes momentos de batalla que siempre nos brinda Severin, la novela en si, resulta mucho más lenta que las entregas anteriores. 
Thorgils me parece haber perdido mucha fuerza y el resto de los personajes me resultan bastante previsibles y poco carismáticos.
Es cierto que Severin se confirma como un excelente narrador, pero en esta ocasión y, tras lo vibrantes que resultan las dos primeras partes de la saga, esta última constituye el ocaso de la vida de Thorgils y, en mi humilde opinión, no está a la altura de la epicidad que esperaba para él.
A pesar de esto he de reconocer que la vida de Thorgils (también en esta entrega) está plagada de acción y aventuras y, cuando haces memoria, recuerdas muchas, pero que muchas situaciones a cual más exótica, que hacen de la historia, una biografía novelada riquísima en detalles y en extremo digna de envidiar.

La parte final ha sido la que más me ha gustado. Thorgils vuelve a su tierra. Volvemos a asistir a los ritos del antiguo culto y vemos que por fin encuentra la paz, y es feliz junto a una joven esposa.
Esta última parte, con las descripciones de la vida más rural del protagonista me ha ofrecido una tranquilidad personal que no esperaba y la última aventura (ya siendo un anciano), con la intención de conquistar Inglaterra y el posterior desenlace y fin de Harald me ha resultado mucho más vibrante que el resto de la novela y creo que supone un digno colofón a su historia.

En definitiva, una trilogía que creo muy buena como acercamiento a la vida vikinga y a aquellos lejanos tiempos.
Reconozco que pude haberla leído en castellano, pero no lo hice, con la esperanza de practicar el english y, es probable que me haya perdido un 50% de lo que he leído (un porcentaje grande, la verdad), porcentaje referido a estilo y vocabulario, no creo que a entendimiento, pero aún así ha merecido la pena.
Os recomiendo esta saga pues me parece realmente buena en su conjunto y aporta muchas horas de entretenimiento y aventura, pero dejo a vuestra elección el idioma en que leerla, claro.

sábado, 5 de abril de 2014

Lulu

Volvemos con Impedimenta, y volvemos con  Cărtărescu. Editorial que me encanta. Autor que me fascina.

Víctor, un escritor de 34 años se encuentra en un momento de reflexión que lo ayude a encauzar su vida. Para ello nos narra los días que vivió en un campamento juvenil a la edad de 17 años. De entre todos las experiencias vividas, cobran especial importancia las protagonizadas por Lulu, un muchacho vivares y burlón que se disfraza de mujer y acosa la realidad y el sueño de Víctor. Esta experiencia lo marcará para siempre, y será el fundamento de toda su existencia futura.

Mircea Cărtărescu es otro de esos autores que he conocido recientemente. Y me flipa, no puedo negarlo. Después de leer El ruletista, no podía dejar pasar Lulu, y después de leer Lulu, no he podido evitar comprar Nostalgia, ni Las bellas extranjeras.
Si el ruletista es una novelita con un cierto punto a realismo mágico y que visitaba emociones encontradas, en Lulu nos las vemos con cierto toque onírico que socava la realidad, y con un experimento literario que busca ahondar en el interior de cada uno, en la raigambre del infierno particular de cada cual a fin de conocerse realmente.
Cartarescu nos ofrece, como siempre, un lenguaje meticuloso, descriptivo, en ocasiones incluso barroco pero muy cuidado, que nos impulsa a seguir.  De hecho fue su estilo lo que me animó a continuar leyendo pues, al principio, la historia no me convencía, no le encontraba nada especial en lo que el autor quería contar hasta que, llegado a la mitad de la novela, había caído rendido, estaba completamente maravillado y realmente no sabía lo que me hacía sentir, tal vez porque todos hemos pasado por una edad y una historia parecida a la de Víctor; todos hemos sido adolescentes, nos hemos sentido fuera de lugar y hemos descubierto el mundo de los adultos; o tal vez, por que la novela va envuelta en un ambiente onírico, una neblina reinante que te va acompañando, adormeciéndote los sentidos hasta explotar en un final catártico en el que sientes que esta novela es UN NUEVO COMIENZO.

Lulu es una novela intimista en la que un suceso traumático de la adolescencia (para Víctor, claro. Cada cual tendrá el suyo que, en definitiva, y en lo más hondo, produce unas secuelas parejas a las del protagonista) que hace que la vida futura cobre un sentido basado en el pasado, y es éste pasado el que se ha de exorcizar para conocerse realmente y continuar siendo uno mismo, pero renovado.

Con un elevado grado de detalle de los hechos (demasiado quizá para mi gusto, dado que se trata de rememorar vivencias de 17 años atrás y, como me gusta recordar, la menoría no siempre es tan fidedigna como creemos), y muy pocos diálogos, Cărtărescu nos mete en la mente de un muchacho alejado del resto, atípico socialmente, extraño y muy maduro para su edad, que en lo único que piensa es en la obra literaria que un día lo convertirá en famoso. Hecho este que lo convierte en objeto de las burlas de sus compañeros y lo aleja aun más de estos. Y nos deja ver a Lulu, un muchacho, un ente quizás omnipresente que pulula por la novela y puebla los sueños de Victor, acosándolo y no dejándolo vivir tranquilo. Un persona que aparece y desaparece cual fantasma y que en ocasiones nubla la mente del lector dificultando la percepción de la realidad.
Dos personajes contrapuestos que nos acercan a la adolescencia ambivalente y plural que realmente existe y que resulta fácil reconocer.

En definitiva, Lulu es una gran novela y, a mi juicio, Cărtărescu un grandísimo escritor.
Lo que sí tengo claro, es que esta novela no dejará indiferente a nadie. Puedes adorarla u odiarla. Puedes reír o llorar. Puedes querer releerla o desear no haberla leído pero, seguro, con total certeza, nunca la olvidarás.

Gracias Impedimenta por esta novela pero, por favor, ¡córtate un poquito en los precios!
Sobre todo, ¡Gracias, Cărtărescu!

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